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Guia de Madrid

Madrid

Escudo de Madrid

Madrid es la capital de España, de la Comunidad de Madrid y de la provincia homónima. También conocida como La Villa y Corte, es la ciudad más grande y poblada del país, alcanzando oficialmente 3.232.463 habitantes dentro de su municipio y 6.043.031 en su área metropolitana, siendo por ello la tercera área urbana más poblada de la Unión Europea.

Como capital del Estado, Madrid alberga las sedes del Gobierno, Cortes Generales, Ministerios, Instituciones y Organismos asociados, así como de la residencia oficial de los reyes de España. En el plano económico, Madrid es un importante centro financiero e industrial, sede del principal mercado de valores del país, de numerosas empresas nacionales y de varias de las más grandes corporaciones del mundo, mientras que en el plano internacional, acoge la sede mundial de la Organización Mundial del Turismo (OMT), la sede de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), y la sede de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Madrid organiza ferias como: FITUR, Madrid Fusión, ARCO, SIMO, el Salón del Automóvil de Madrid y la Pasarela Cibeles. Es un influyente centro cultural nacional y cuenta con museos de referencia internacional entre los que destacan el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía.

Nacida a partir del asentamiento fortificado hispanomusulmán de Mayrīt o Magrit, conquistado por Alfonso VI de León y Castilla en 1083, la villa fue designada en 1561 como sede de la corte de Felipe II, siendo la primera capital permanente de la monarquía española. Desde entonces, salvo un breve intervalo de tiempo entre 1601 y 1606 en el que la capitalidad pasó temporalmente a Valladolid, Madrid ha sido la capital de España y sede del Gobierno de la Nación

 

  • Situación: La ciudad de Madrid se encuentra en la zona central de la Península Ibérica.
  • Coordenadas geográficas: 40º 26’ de latitud Norte. 3º 41’ de longitud Oeste.

Callejero de Madrid

Aqui puedes consultar el Callejero de Madrid

  • Accesos: Las principales autovías de Madrid tienen un recorrido radial. Las más importantes son las conocidas nacionales:
Autovías Itinerario
A-1 Madrid – Aranda de Duero – Burgos – Miranda de Ebro – Vitoria – San Sebastián
A-2 Madrid – Guadalajara – Zaragoza – Lérida – Barcelona
A-3 Madrid – Valencia
A-4 Madrid – Córdoba – Sevilla – Jerez – Cádiz
A-5 Madrid – Talavera de la Reina – Navalmoral de la Mata – Mérida – Badajoz – frontera portuguesa
A-6 Madrid – Segovia – Ávila – Valladolid – Lugo – La Coruña

Madrid tiene además una serie de carreteras circunvalatorias a su alrededor, estás son la M-30, que delimita la almendra central de la ciudad, la M-40 en los barrios residenciales de la ciudad, la M-45, bordeando el municipio por el sureste, y la M-50, que no cierra su recorrido por el norte a la altura de El Pardo.

Como venir a Madrid

Aqui puedes planificarte la ruta sobre cómo venir a Madrid

  • Origen: Nacida a partir del asentamiento fortificado hispanomusulmán de Mayrīt o Magrit, llamado también en castellano antiguo Magerit o Matrit, que varios autores, basándose en restos arqueológicos, sostienen fue creado sobre un anterior vicus visigodo del siglo VII llamado Matrice o ‘arroyo’.
  • Población: 3.255.944 Habitantes (INE 2009)
  • Densidad: 5.374,88 hab./ km2
  • Superficie: 607 km2
  • Altitud: 655 m sobre el nivel del mar
  • Gentilicio: madrileño, madrileña, matritense
  • Código postal: 28001 a 28080

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La capitalidad

La capitalidad, con sus evidentes efectos espaciales, funcionales y fisionómicos, constituye el hecho diferencial de Madrid en relación con el resto de ciudades españolas, lo que, por el contrario, la acerca a otras capitales europeas, como París, Londres o Berlín. Es evidente que el devenir de la ciudad y su conversión en una gran metrópolis está indisolublemente unido a la institución de la capitalidad, pero, además de sus consecuencias metropolitanas, el hecho confiere un carácter distintivo a la ciudad, que la hace diferente al que poseen otras grandes ciudades no capitales.

A pesar de que desde 1561 el establecimiento de manera permanente de la Corte en Madrid otorgara a la Villa la condición de capital (de la Monarquía Católica y del Imperio Español), el reconocimiento jurídico de la función de capitalidad hubo de esperar más tiempo. Hasta 1931, con el advenimiento de la Segunda República Española, no se oficializa constitucionalmente este hecho, posteriormente también sancionado en la Constitución de 1978. Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando se promulgó una ley, la Ley de Capitalidad y Régimen Especial de Madrid, por la que el Parlamento desarrolló legislativamente las consecuencias de este hecho diferencial.

Símbolos

Los símbolos de la villa de Madrid son la bandera carmesí propia de los ayuntamientos castellanos y el escudo tradicional con el oso y el madroño, tocado con corona real antigua, según el actual reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento de Madrid.

En 2004 la corporación municipal adoptó un logotipo basado en el escudo de la villa, en línea de color azul claro, que es utilizada en los documentos internos y de comunicación externa.

Historia

Prehistoria

Pese a que no se han encontrado restos fósiles humanos, sí se ha hallado gran variedad de útiles, especialmente en el entorno de Arganda del Rey y del Manzanares, que permiten probar la existencia de asentamientos humanos en las terrazas del río en el lugar que hoy ocupa la ciudad.

Época romana y visigoda

La conquista, colonización y pacificación romana de la península Ibérica dura casi 200 años, desde la Segunda Guerra Púnica hasta el 27 a. C. en el que completan la pacificación del norte del territorio y lo dividen en tres provincias. La región que actualmente ocupa Madrid se situaría en la Tarraconense.

Si bien es posible que durante el periodo romano el territorio de Madrid no constituyese más que una región rural, beneficiada por la situación de cruce de caminos y la riqueza natural, también existen pruebas de la posible existencia de un asentamiento urbano en el entorno de la calle de Segovia y la ribera del Manzanares. Recientemente se ha hallado una antigua basílica visigoda en el entorno de la iglesia de Santa María de la Almudena La presencia de una población estable en Madrid estaría apoyada por las dos necrópolis visigodas en la antigua colonia del Conde de Vallellano —paseo de Extremadura, junto a la Casa de Campo— y Tetuán de las Victorias. Dentro del casco medieval se encontró una lápida bastante deteriorada con la leyenda «MIN.N. BOKATUS. INDIGNVS. PRS. IMO / ET TERTIO. REGNO. DOMNO. RVD. / MI. REGVM. ERA DCCXXXV», nunca completada e interpretada de forma varia, pero que podría indicar la presencia de población estable ya en el siglo VII.

Época musulmana

La iglesia de San Nicolás de los Servitas es la más antigua de Madrid, sin contar el desaparecido edificio que habría en el lugar de la actual Catedral de la Almudena. La torre-campanario, de estilo mudéjar, aún conserva la estructura original del siglo XII, aunque rematada por un chapitel barroco.

La primera constancia histórica de la existencia de un asentamiento estable data de la época musulmana.En la segunda mitad del siglo IX, el emir de Córdoba Muhammad I (852-886) construye una fortaleza en un promontorio junto al río (en el lugar que hoy ocupa el Palacio Real) con el propósito de vigilar los pasos de la sierra de Guadarrama y ser punto de partida de razzias contra los reinos cristianos del norte. Junto a la fortaleza se desarrolla, hacia el sur, el poblado. Esta población recibe el nombre de Mayrīt (Magerit en su forma castellanizada), cuyo significado no está claro, pero que parece ser el híbrido de dos topónimos muy parecidos: uno europeo mozárabe, matrice, con el significado de «fuente», y otro árabe, majrà, que significa «cauce» o lecho de un río. Ambos aluden a la abundancia de arroyos y aguas subterráneas del lugar. De este período, conocidos a partir de los diversos trabajos arqueológicos desarrollados en la ciudad a partir de 1975, se conservan algunos restos: la muralla árabe de la Cuesta de la Vega, la atalaya de la Plaza de Oriente y los vestigios de un viaje de agua de la Plaza de los Carros. En Madrid nació en el siglo X Maslama al-Mayriti, llamado «el Euclides andalusí», notable astrónomo y fundador de una escuela matemática en Córdoba.

Conquista cristiana

Con la caída del reino taifa de Toledo en manos de Alfonso VI de León y Castilla, la ciudad fue tomada por las fuerzas cristianas en 1085 sin resistencia, probablemente mediante capitulación. La ciudad y su alfoz quedaron integrados en el reino de Castilla como territorios de realengo. Los cristianos sustituyen a los musulmanes en la ocupación de la parte central de la ciudad, quedando los barrios periféricos o arrabales, que en el periodo anterior eran habitados por una comunidad mozárabe, como morería. También existió una judería en el entorno del que sería más tarde barrio de Lavapiés. Durante el siguiente siglo, Madrid sigue recibiendo embates de los nuevos poderes musulmanes de la península, los almorávides, que incendian la ciudad en 1109 y los almohades, que la someten a sitio en 1197. La victoria cristiana de Las Navas de Tolosa aleja definitivamente la influencia musulmana del centro de la península.

De esta época proceden dos destacados hechos religiosos que marcan el desarrollo de la personalidad del cristianismo popular de Madrid: el «descubrimiento» de la imagen de la Virgen de la Almudena y la «milagrosa» vida de Isidro Labrador, que más tarde sería canonizado. La ciudad va prosperando y recibe el título de villa en 1123. Siguiendo el esquema repoblador habitual en Castilla, Madrid se constituye en concejo, cabeza de una comunidad de villa y tierra, la comunidad de villa y tierra de Madrid. El gobierno de la ciudad recae en todos los madrileños con el rango de vecinos, reunidos en concejo abierto hasta que en 1346, el rey Alfonso XI implanta el regimiento, en el cual ya sólo representantes de la oligarquía local, los regidores, gobiernan la ciudad. En 1152, el rey Alfonso VII estableció los límites de la comunidad de villa y tierra, entre los ríos Guadarrama y Jarama. En 1188, una representación de Madrid participa por primera vez a las Cortes de Castilla. En 1202, Alfonso VIII le otorgó su primer fuero municipal, que regulaba el funcionamiento del concejo, y cuyas competencias fueron ampliadas en 1222 por Fernando III el Santo.

A pesar del apoyo madrileño a Pedro I, posteriormente los soberanos de la casa de Trastámara residirían con frecuencia en la villa debido a la abundancia y calidad de sus cotos de caza, a la que son muy aficionados. Antes incluso, ya el libro de Montería de Alfonso XI anotaba: «Madrid, un buen lugar de puerco y oso», y posiblemente de esa característica derivaba el escudo que las huestes madrileñas llevaron a la batalla de las Navas de Tolosa. Posteriormente, un prolongado pleito entre el Ayuntamiento y la Iglesia, acabó con un acuerdo de reparto de pastos para ésta y pies de árbol para aquél, con lo que un árbol fue incorporado al escudo junto al oso u osa y las siete estrellas de la constelación homónima. La identificación del árbol con el madroño es más oscura, más allá de la homofonía con el nombre de la ciudad. Es habitual llamar a Madrid la ciudad del oso y el madroño.

En la Guerra de las Comunidades, a la cabeza de su regidor Juan de Zapata, Madrid se une a la sublevación contra Carlos I (1520) pero tras la derrota de los comuneros en Villalar, la villa es asediada y ocupada por las tropas reales. A pesar de todo ello, el sucesor de Carlos I, Felipe II decide instalar la corte en Madrid en 1561 Este hecho sería decisivo para la evolución de la ciudad y haría que los avatares del país y la monarquía, en mayor o menor medida, influyeran en el destino de la ciudad. Salvo un breve periodo entre 1601 y 1606 en que la corte se traslada a Valladolid, la capitalidad será consustancial a Madrid desde entonces. Una famosa expresión indicaba esa identidad: «sólo Madrid es corte», lo que, de forma conceptista, también se entendía al revés: «Madrid es sólo corte».

Vista de Madrid desde el Oeste, frente a la Puerta de la Vega, por Anton Van der Wyngaerde (llamado en España «Antonio de las Viñas») en 1562, encargado por Felipe II de recoger vistas de sus ciudades. Se aprecia en primer plano las riberas del Manzanares, cruzado por los antecesores del Puente de Segovia (en primer término), y el Puente de Toledo (más al sur, derecha), que se construirán en forma monumental años más tarde. El edificio más destacado, al norte (izquierda), es el Alcázar, que forma parte del circuito amurallado y que sufrirá varios incendios hasta el fatídico de 1734 que lo destruirá casi completamente, siendo sustituido por el actual Palacio Real. Entre el caserío se destacan las torres de las iglesias (de izquierda a derecha: San Gil, San Juan, Santiago, San Salvador, San Miguel de los Octoes, San Nicolás, Santa María, San Justo, San Pedro, la Capilla del Obispo, San Andrés y, extramuros, San Francisco), que no muestran aún el perfil de cúpulas y chapiteles que las caracterizará en los siglos siguientes. Aparece, fuera de las murallas y sobre el río, una instalación artesanal dedicada al tratamiento de pieles: las Tenerías del Pozacho. La reciente instalación de la corte provocó el aumento de la presión fiscal sobre los particulares mediante el gravamen de la regalía de aposento, que produjo todo tipo de resistencias, entre las que destacaba la construcción de casas a la malicia.

Con el establecimiento de la corte en Madrid, su población empieza a crecer de forma significativa. A la burocracia real, a los miembros de la corte y todas las personas necesarias para su sustento, se unen desheredados y buscavidas de todo el imperio. En 1625, Felipe IV derriba la muralla de la ciudad, ya sobrepasada y edifica la que será la última cerca de Madrid. Esta cerca, construida exclusivamente por razones fiscales (impuesto de portazgo) limitará el crecimiento de la ciudad hasta el siglo XIX. Las tareas de gobierno se centralizan en el Alcázar Real, conjunto de edificaciones situadas en los terrenos que más adelante ocuparán el Palacio Real y la Plaza de Oriente. Paralelamente, se aumentan la superficie de otro palacio en el extremo este de la ciudad, más allá de la cerca. Se trata del Palacio del Buen Retiro, empezado a construir por los Reyes Católicos (que también trasladaron a sus proximidades el monasterio de los Jerónimos, situado anteriormente cerca del Manzanares, zona de la Estación del Norte), del que se conservan sus jardines, el Salón del Reino y el Salón de Baile, conocido, este último, como el Casón del Buen Retiro y utilizado por el Museo del Prado.

Ilustración y Neoclasicismo

La resistencia al bando que prohibía llevar capa larga y sombrero ancho acabó en el motín de Esquilache (1766).

El cambio de dinastía traería cambios importantes para la ciudad. Los monarcas de la nueva dinastía la encontraron como una población oscura, de calles angostas, masificada, sin sistemas de alcantarillado y definitivamente pestilente. Los Borbones se plantean la necesidad de equiparar Madrid a otras capitales europeas. El incendio del Alcázar Real en 1734 (suceso desgraciado que causa la desaparición de una tercera parte de la colección real de pinturas) es la excusa para construir el Palacio Real al estilo de Versalles. Las obras durarían hasta 1755 y no sería ocupado hasta el reinado de Carlos III. Puentes, hospitales, parques, fuentes, edificios para el uso científico, ordenanzas de alcantarillado y otras actuaciones son promovidas por el monarca, que recibe el título popular de «mejor alcalde de Madrid», con la colaboración de arquitectos y urbanistas excepcionales: Francesco Sabatini, Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva entre otros.

El proyecto del Salón del Prado, en las afueras de la ciudad, entre el conjunto del Buen Retiro y la cerca, es probablemente el más importante y el que ha dejado una herencia más importante a la ciudad: los paseos del Prado y Recoletos, las fuentes de Neptuno , Cibeles y Apolo, el Real Jardín Botánico, el Observatorio Astronómico o el Gabinete de Historia Natural que más tarde se convertiría en el Museo del Prado. Sin embargo, no siempre la relación de el «rey alcalde» con sus súbditos-vecinos fue buena: varias medidas de su programa de modernización fueron contestadas de manera violenta durante el motín de Esquilache de 1766 aunque en el cual, confluyeron además causas más complejas.

La ciudad aparece vista desde el suroeste, y algo distinta de como la pudo dibujar Wyngaerde doscientos años antes. El Alcázar de los Austrias ha sido sustituido por el Palacio borbónico de Felipe V, el puente de Segovia (a la izquierda) es el actual, y el perfil de la enorme cúpula de San Francisco el Grande domina el resto de iglesias de la villa. Al norte (a la izquierda) se adivina la «montaña» del Príncipe Pío, donde el pintor tendrá ocasión de observar una trágica escena de fusilamientos veinte años después de esta festiva composición.

El Ensanche y la Era Industrial

La Estación de Atocha, o del Mediodía, se creó en 1851, aunque el edificio principal, que ya no se usa para recibir los trenes, es de 1888, ejemplo de la arquitectura del hierro de Alberto de Palacio, discípulo de Gustave Eiffel. Durante generaciones fue por donde entraban los inmigrantes rurales a Madrid, en un ambiente costumbrista en el que se incluía la delincuencia del estraperlo, los carteristas, los trileros y el timo de la estampita.

El levantamiento del pueblo de Madrid en contra de las tropas francesas el 2 de mayo de 1808 marca el principio de la guerra de la Independencia. El rey José Bonaparte realiza reformas en la capital, siendo frecuentes las órdenes de derribar conventos para hacer plazas, por las que adquiere el mote de Pepe Plazuelas. Pese a su gestión urbanística, el devenir de la guerra le fuerza a huir de Madrid. La liberación de la ciudad se salda con la destrucción de valiosos recintos, como el Palacio del Buen Retiro.

La desamortización supuso un cambio drástico en el sistema de propiedad inmobiliaria, además de concentrar una gran colección de arte que aumentará los fondos de instituciones culturales importantísimas: el Museo del Prado (creado durante el reinado de Fernando VII en el edificio previsto para Gabinete de Ciencias) y la Biblioteca Nacional. También supone la creación en Madrid de la Universidad Central, que conservará el nombre de Complutense ya que proviene del traslado físico y jurídico del claustro y alumnos de la renombrada Universidad de Alcalá a la cercana capital.

Durante el siglo XIX, la población de la ciudad sigue creciendo. La percepción de los cambios que harán desaparecer la ciudad preindustrial estimula la aparición de una literatura «madrileñista», como la de Ramón de Mesonero Romanos. La información estadística y de todo tipo recopilada por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico para toda España fue especialmente exhaustiva para Madrid, cuyo artículo tiene un encabezamiento muy significativo: «Madrid: audiencia, provincia, intendencia, vicaria, partido y villa».

En 1860 se derriba por fin la cerca de Felipe IV y la ciudad puede crecer, en principio de una forma ordenada, gracias al plan Castro y la realización de los ensanches. Será la oportunidad de fabulosos negocios, que enriquecieron al José de Salamanca y Mayol, Marqués de Salamanca, quien dio nombre al nuevo barrio creado al este de lo que pasará a ser el eje central de la ciudad (el Paseo de la Castellana, prolongación del Paseo del Prado). Se establece un moderno sistema de abastecimiento de aguas (el Canal de Isabel II) y se establece la comunicación por ferrocarril que convertirá a Madrid en el centro de la red radial de comunicaciones, lo que también deja su huella en la trama urbana (Estación de Atocha y Estación de Príncipe Pío).

Restauración

El Antiguo Ministerio de las Comunicaciones, hoy Ayuntamiento, situado en la Plaza de Cibeles, diseñado por el arquitecto Antonio Palacios.

En los primeros 30 años del siglo XX, la población madrileña llega casi al millón de habitantes. Nuevos arrabales como las Ventas, Tetuán o el Carmen daban acogida al recién llegado proletariado, mientras en los ensanches se instalaba la burguesía madrileña. Estas transformaciones fomentaron la idea de la Ciudad Lineal, de Arturo Soria. Paralelamente se abrió la Gran Vía, con el fin de descongestionar el casco antiguo y se inauguró el metro en 1919.

Durante el reinado de Alfonso XIII, cede éste terrenos del real pecunio, al noroeste del Palacio Real, para fundar la Ciudad Universitaria.

Las iglesias de las Escuelas Pías, Padres Escolapios, de Lavapiés, incendiada el día siguiente al estallido de la Guerra Civil por los partidarios del Frente Popular. No se reconstruyó y permaneció en ruinas hasta 2002, cuando fue parcialmente reformada para servir de biblioteca de la UNED, por el arquitecto José Ignacio Linazasoro.

Segunda República y Guerra Civil

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 suponen un gran triunfo de la conjunción republicano-socialista en Madrid, obteniendo el 69,2% de los votos (88.758 votos para la conjunción y 33.939 para los monárquicos, que se tradujeron en 15 concejales socialistas y 15 republicanos frente a 20 concejales monárquicos). Pedro Rico, del Partido Republicano Federal, fue elegido alcalde por la corporación municipal. El triunfo republicano en Madrid y la mayoría de las capitales de provincia supone la descomposición de la monarquía y el advenimiento de la Segunda República Española, apenas dos días después. El comité republicano asumió el poder el día 14 por la tarde, proclamando la República en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, sede del Ministerio de la Gobernación, ante una multitud enfervorizada. La Constitución de la República promulgada en 1931 fue la primera que legisló sobre la capitalidad del Estado, estableciéndola explícitamente en Madrid

El estallido de la Guerra Civil española tuvo lugar en Melilla a media tarde del viernes 17 de julio y fue siendo conocido en Madrid en las horas siguientes. Todavía el sábado 18 y el domingo 19 guardó la ciudad una cierta normalidad. Tras el aplastamiento de la rebelión en Madrid, mal planificada, en el Cuartel de la Montaña y los cuarteles de Carabanchel, en los que los elementos leales del ejército y de las fuerzas de seguridad fueron auxiliados por las milicias, a las que Gobierno autorizó la entrega de armas, comenzó una represión, muchas veces indiscriminada no sólo hacia los que habían participado en la rebelión, sino contra los que se consideraban desafectos. Surgieron centros de interrogación y detención (las famosas «checas») de donde muchos detenidos sólo salían para ser «paseados», apareciendo sus cadáveres en los alrededores de la ciudad. Domicilios particulares fueron incautados y la misma suerte corrieron las sedes de los partidos políticos de derechas. Se produjo también el asalto a las iglesias, con irreparables pérdidas artísticas y culturales en muchos casos. Por decreto oficial de agosto de 1936, fueron definitivamente cerradas todas las iglesias de España. La violencia política no disminuyó hasta el afianzamiento del poder gubernamental a finales de 1937, sin que antes de ello, durante los meses de noviembre y diciembre de 1936, tengan lugar los graves hechos conocidos como Matanzas de Paracuellos, en los que miles de presos, mantenidos en las prisiones de Madrid, ante la llegada de las tropas franquistas a las inmediaciones de la capital, fueron sacados de ellas y asesinados a las afueras de la ciudad.

La resistencia de las milicias, militarizadas en forma de Ejército Popular en 1937, dirigidas por la Junta de Defensa de Madrid, consigue frenar la ofensiva durante la batalla de Madrid en los barrios del oeste de la ciudad, especialmente en el entorno del barrio de Argüelles y la Ciudad Universitaria), donde se estabilizó el frente, que quedaron gravemente dañadas.

La ciudad no volvería a sufrir otro asalto por tierra durante la guerra, pero fue castigada por el fuego artillero y los bombardeos aéreos, primeros en la Historia sobre una capital, a imagen de los que otras europeas sufrirán durante la Segunda Guerra Mundial. Las operaciones de la aviación del bando sublevado, apoyada por aparatos de la Alemania nazi y de la Italia fascista causan en 4 meses, del 7 de noviembre de 1936 al 9 de marzo de 1937, 1.490 muertos, 430 desaparecidos y 3.502 heridos. aparte de causar numerosos destrozos en edificios emblemáticos, como los que afectaron, del 14 al 17 de noviembre de 1936, al Museo del Prado, el Museo de Arte Moderno, el Instituto Cajal, el Museo Arqueológico y el Palacio de Liria. La aviación también fue utilizada para atemorizar al enemigo, ejemplo sonado fue la acción del 15 de noviembre cuando fue arrojado en paracaídas sobre el centro de la ciudad, el cadáver descuartizado de un piloto republicano apresado horas antes; el cajón llevaba la indicación «A la Junta de Defensa de Madrid».

La resistencia de Madrid es exaltada por la propaganda en favor de la causa republicana con el lema «¡No pasarán!», pero la situación obliga a las instituciones y el Gobierno así como una parte de la población civil a ser evacuados hacia las regiones del interior y del Levante. El final de la guerra fue especialmente caótico en Madrid, con el enfrentamiento violento entre facciones dentro del bando republicano como consecuencia del golpe del coronel Casado.

Acabada la guerra el 1 de abril de 1939, Madrid comienza a padecer la represión franquista; en julio de ese año, el conde Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores de la Italia fascista, escribe en su diario que son entre 200 y 250 ejecuciones diarias.

Dictadura de Franco

Terminada la guerra, la ciudad sigue su imparable crecimiento espacial, al tiempo que restaña las heridas que la contienda había dejado en la ciudad, especialmente en su fachada oeste. Cientos de miles de españoles emigran del campo a la ciudad. Madrid (junto con Barcelona o Bilbao) es una de las ciudades que más se benefician de estos movimientos de población. A partir de 5 de junio de 1948, comienza el proceso de anexión a Madrid de hasta trece municipios limítrofes, que termina el 31 de julio de 1954 (Aravaca, Barajas, Canillas, Canillejas, Chamartín de la Rosa, Fuencarral, Hortaleza, El Pardo, Vallecas, Vicálvaro, Villaverde, Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo), pasando su extensión de 66 km² a los 607 km² actuales y ganando unos 300.000 nuevos habitantes. El desorden urbanístico fue la norma: crecieron poblados chabolistas (descritos magistralmente por Luis Martín-Santos en Tiempo de silencio), al tiempo que el centro histórico era sujeto a especulación, permitiéndose el derribo de edificios de valor artístico o tradicionales para ser sustituidos por otros de estética moderna, se construyen edificios de arquitectura innovadora como las suspendidas Torres de Colón. En algunos casos las intervenciones arquitectónicas tienen un carácter de marcar la presencia política, tratando de potenciar el concepto de «Madrid Imperial» franquista, como en la zona de Moncloa, donde se levantan el Arco de la Victoria y el Ministerio del Aire, en un estilo neoherreriano, o la Casa Sindical, edificio de los Sindicatos Verticales, una torre prismática y funcional de ladrillo frente al mismísimo Museo del Prado que abandona el herrerianismo en favor del racionalismo.

El Plan de Ordenación del Área Metropolitana, aprobado en 1963, inició la tendencia a desviar la concentración poblacional de Madrid hacia municipios metropolitanos como, Alcorcón, Alcobendas, Coslada, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, San Sebastián de los Reyes, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz, que se convierten en ciudades dormitorio. En 1973 se inauguran los primeros tramos de la M-30, el primer cinturón de circunvalación de la ciudad.

Democracia

Tras la muerte del general Franco, Madrid fue uno de los escenarios principales durante el periodo de la Transición. Los primeros meses del año 1977 destacaron por la agitación política y social, con huelgas, manifestaciones y contramanifestaciones violentas con víctimas mortales. Otros graves acontecimentos fueron los dos secuestros por parte del GRAPO y el episodio de la Matanza de Atocha de 1977 que resultó en el asesinato por parte de elementos de la ultraderecha de los abogados laboralistas en un despacho situado en esta calle. Su multitudinario entierro, previo a la legalización del PCE fue narrado cinematográficamente en Siete días de enero, de Juan Antonio Bardem. Con la consolidación del régimen democrático, la constitución de 1978 confirma a Madrid como capital de la España democrática en cuyo apoyo tendrían lugar las manifestaciones multitudinarias tras el desbaratado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

En 1979, tuvieron lugar las primeras elecciones municipales democráticas desde la II República en las que resultó elegido Alcalde de la ciudad el representante de los partidos de izquierda, Enrique Tierno Galván conocido como El Profesor. Tras su muerte, fue sustituído por Juan Barranco, del PSOE, con apoyos del PCE, virando después la ciudad a posiciones más conservadoras con Agustín Rodríguez Sahagún, del CDS, y José María Álvarez del Manzano. Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, fue nombado alcalde de la ciudad tras su periodo al frente del gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid. La elección democrática de alcaldes trae definitivamente grandes beneficios a la ciudad, al verse obligados los alcaldes a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, ante los que responden (los alcaldes franquistas eran elegidos directamente por Franco): construcción de bibliotecas, instalaciones deportivas, centros de salud; eliminación de los núcleos chabolistas; limpieza del río Manzanares; mejora del viario; cierre de la M-30 por el norte, enterramiento de la misma en la zona del Manzanares; construcción de nuevas vías de circunvalación (M-40, M-45, M-50), a la vez que se aumenta la capacidad de las carreteras de acceso (convertidas en autovías o duplicadas con autopista de peaje); regulación de aparcamiento (ORA) en el interior de la ciudad, que llega al límite de la M-30, con protestas vecinales, todo ello con el objeto de absorber y regular el tráfico creciente.

En el siglo XXI, la ciudad sigue abordando nuevos retos: mantenimiento de la población dentro del núcleo urbano (Madrid es el municipio de España en el que el aumento del precio de la vivienda ha sido mayor); expansión de la ciudad (con la creación de nuevos barrios con Plan de Actuación Urbanística: Ensanche de Vallecas, Ensanche de Carabanchel, Montecarmelo, Arroyo del Fresno, Las Tablas, Sanchinarro, Valdebebas…); remodelación del centro histórico; absorción e integración de la inmigración que acude a la ciudad.

La panorámica actual de la misma zona de Madrid representada por Wyngaerde y Goya aparece en esta foto desde un punto de vista situado al noroeste, desde el Parque del Oeste. El mismo Palacio Real de los Borbones queda empequeñecido por las torres y la cúpula de la Catedral de la Almudena, consagrada en 1993. Al sur (derecha) sigue viéndose San Francisco el Grande, ahora flanqueado por el Seminario Conciliar. Una visión pictórica actual la proporciona el hiperrealista Antonio López García en su Vista de Madrid desde Vallecas (o sea, desde el sur), expuesto desde 2006 en la Asamblea de la Comunidad de Madrid (véase foto en web de la Asamblea de Madrid).

Terrorismo

En la mañana del 11 de marzo de 2004, la red de transporte de cercanías de la ciudad fue el escenario de los Atentados del 11 de marzo de 2004 reivindicados por Al-Qaida, el ataque terrorista más grave sufrido en España y en la Unión Europea por el que resultaron asesinadas 191 personas y se causaron heridas a más de 1900. El 11 de marzo de 2007, justo tres años después, los Reyes de España inauguran en la plaza de Carlos V un monumento conmemorativo a las víctimas del atentado. El 30 de diciembre de 2006, ETA hizo volar el aparcamiento de la terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, causando la muerte a dos personas. Desde los atentados contra Luis Carrero Blanco (1973) y el bar de la Calle del Correo (1974, frente a la Dirección General de Seguridad), Madrid ha sufrido buena parte de la actividad de esta banda terrorista, así como la de otros grupos de todo signo, como los de ultraderecha, el GRAPO o el terrorismo islámico.


Demografía

Población

Evolución 1897 – 2009
Año Municipio Provincia Porcentaje
1897 542.739 730.807 74,27
1900 575.675 773.011 74,47
1910 614.322 831.254 73,90
1920 823.711 1.048.908 78,53
1930 1.041.767 1.290.445 80,73
1940 1.322.835 1.574.134 84,04
1950 1.553.338 1.823.418 85,19
1960 2.177.123 2.510.217 86,73
1965 2.793.510 3.278.068 85,22
1970 3.120.941 3.761.348 82,97
1975 3.228.057 4.319.904 74,73
1981 3.158.818 4.686.895 67,40
1986 3.058.812 4.780.572 63,98
1991 3.010.492 4.647.555 64,78
1996 2.866.850 5.022.289 57,08
2001 2.938.723 5.423.384 54,19
2005 3.155.359 5.964.143 52,90
2007 3.132.463 6.081.689 51,51
2008 3.213.271 6.271.638 51,24
2009 3.273.006 6.360.241 51,46

La población de Madrid ha ido experimentando un importante aumento desde que se transformó en capital. Este aumento es especialmente significativo durante el periodo de1940 a 1970, debido a la gran cantidad de inmigración interior. Este acelerado crecimiento y la falta de planificación urbana produjo que se organizaran núcleos de infraviviendas y zonas residenciales, principalmente en los distritos del sur, en las que los servicios públicos no llegarían hasta muchos años después. A partir de los años setenta, este aumento se desacelera en favor de los municipios de zona metropolitana y Madrid incluso comienza a perder población. Desde1995 el crecimiento poblacional es de nuevo positivo, debido principalmente a la inmigración exterior. Según los datos disponibles, a1 de enero de 2007 la población de Madrid ascendía a 3.132.463 habitantes, frente a los 2.938.723 del censo de 2001.

Movimientos de población

Natalidad

En 2004 se registraron 32.851 nacimientos en la ciudad de Madrid, lo que supuso un incremento respecto al año anterior. En los últimos cuatro años el número de nacimientos en la región se ha incrementado de forma continua. La tasa de natalidad se sitúa en 10,38 puntos, sufriendo también un incremento constante desde 2000.

Mortalidad

En 2004 se registraron 26.527 defunciones en la ciudad de Madrid, lo que supuso un incremento con respecto al año anterior, pero manteniéndose cifras más bajas que en los años 2000, 2001 y 2002. La tasa de mortalidad fue de 8,38 puntos, bastante inferior que en los cuatro años anteriores.

Inmigración

Según el censo de 2008 la población extranjera de Madrid es de 547.282 habitantes sobre un total de 3.238.191, lo que supone el 16,9%. Los distritos con más población inmigrante son Usera con un 28,37%, Centro con un 26,87%, Carabanchel con el 22,72% y Tetuán con el 21,54%. Por el contrario, los distritos con menor población inmigrante son Fuencarral-El Pardo con el 9,27%, Retiro con el 9,64%, Chamartín con el 11,74% y San Blas con el 13,43%.

Área metropolitana

En torno a la ciudad de Madrid, se conforman una serie de núcleos urbanos que dependen en algún sentido de la ciudad. Puesto que no hay definición oficial por parte del Estado ni del gobierno autonómico, las cifras provienen de diferentes estudios independientes y organismos oficiales indirectos. Según el proyecto Áreas urbanas de España 2005 — AUDES5, las cifras para el área metropolitana de Madrid serían de 5.843.031 habitantes y una superficie de 4.609,7 km², lo que supone una densidad de 1.021,6 hab/km².

Madrid ha sido definida por el grupo de estudios Globalization and World Cities como ciudad global de tipo beta, con 8 puntos en la clasificación de ciudades globales.

Gentilicio

El gentilicio de los habitantes de Madrid es «madrileño» o «matritense». No obstante, históricamente, a los habitantes de Madrid se les ha apodado también «gatos» debido a que, según la leyenda, la conquista de la ciudad por las tropas de Alfonso VI a finales del siglo XI, se realizó mediante el asalto de la muralla por la que treparon las tropas castellanas. Otras leyendas señalan en cambio que este apelativo de «gatos» les fue otorgado a los ciudadanos de Madrid en la Edad Media por su gran habilidad a la hora de trepar por murallas y acantilados con las manos desnudas.

Morfología y estructura urbana: evolución histórica del plano de Madrid

El casco antiguo, con origen en la medina musulmana, surge de un emplazamiento estratégico (el control de un vado del Manzanares) que determinará una serie de limitaciones topográficas: la disposición del caserío original en las zonas elevadas sobre el río y el barranco de la calle de Segovia, donde se establecerán, al lado norte la alcazaba y al sur los barrios mozárabe y judío (transmutados en morería y judería con la ocupación cristiana del siglo XI).

Cuando Felipe II hizo de Madrid la capital de España, acordó con las autoridades de la Villa establecer una llamada Carga de Aposento, que no era exactamente lo mismo que la anterior regalía de aposento, puesto que fue una carga permanente, no transitoria, que las autoridades madrileñas pactaron con el rey, a cambio de que éste estableciese la capitalidad en Madrid, Según esta carga, aquellos que tuvieran una casa de más de una planta, cederían una de ellas para aposentar la gran cantidad de funcionarios y cortesanos de segundo rango que habrían de llegar a la flamante capital de un importante imperio. Las autoridades de la ciudad pensaron en las ventajas económicas que la capitalidad traería, pero los madrileños, no especialmente contentos, empezaron a construir las que fueron llamadas casas a la malicia, de una sola planta, para no sufrir las incomodidades de la Carga. Como resultado de esto el casco urbano se extendió rápidamente y en unos 40 años (a principios del siglo XVII) llegó hasta la cerca que más tarde se construiría (por el norte hasta los llamados bulevares y por el este hasta el arroyo de la fuente Castellana, es decir, el paseo de Recoletos y El Prado) y que perduraría prácticamente hasta el siglo XIX, mientras la ciudad volvía a crecer en altura.

Las ampliaciones urbanas necesariamente hubieron de hacerse hacia el este, por el obstáculo de las pendientes sobre el río. Las calles más amplias que desembocan en el Prado servían como espacio de prestigio, como escenario de procesiones y paradas cortesanas. El planteamiento del Paseo del Prado en tiempo de Carlos III respondía a los mismos criterios, determinó el futuro eje viario y de expansión urbana del Paseo de la Castellana.

Plano de 1762. La cerca de la época de Felipe IV no había sido traspasada, y no lo fue hasta mediados del siglo XIX..

La rápida expansión del siglo XVI se hizo tan deprisa que no dejó espacio para la creación de plazas. A principios del siglo XIX, el rey José I, tampoco especialmente partidario de los conventos, se dedicó a derribar unos cuantos (Santo Domingo, Mostenses, Santa Bárbara, …) usando los terrenos para construir plazas (que suelen llevar el nombre del convento derribado), por lo que José se ganó el sobrenombre de «el rey Plazuelas».

Tras unos siglos en que el crecimiento quedó contenido en el casco antiguo, aumentando la densidad de ocupación (dando origen, entre otras cosas, al modelo de las corralas, bien descrito por el costumbrismo madrileño), el ayuntamiento, impulsado por promotores privados (Marqués de Salamanca), planteó una ambiciosa ampliación urbana.

El proyecto de Ciudad Lineal de Arturo Soria. Su ambicioso plan no llegó a completarse en todos sus extremos, y su integración con la naturaleza quedó definitivamente desvirtuada con la urbanización de todos los espacios intermedios, tanto hacia el centro urbano como hacia el exterior. También se amplió la edificabilidad en la mayor parte de las parcelas, aunque todavía hay algunas siguen teniendo el mismo aspecto que a principios de siglo. También es uno de los pocos bulevares que se han conservado.

Más allá de los bulevares que se abrieron cuando se derribó de la cerca del siglo XVII, se construyó el ensanche de la segunda mitad del siglo XIX proyectado por Carlos María de Castro llegando la zona urbana hasta el Paseo de Ronda. En las zonas que quedan en el extrarradio del ensanche van apareciendo núcleos espontáneos de viviendas de autoconstrucción más o menos precarias en las vías de acceso a la ciudad. A comienzos del siglo XX se planifica en su zona noreste la Ciudad Lineal de Arturo Soria.

Asamblea de la Comunidad de Madrid, en Vallecas, un ejemplo de equipamiento público en zonas no centrales, cuya ubicación en este caso se planteó como una «descentralización» administrativa voluntaria hacia la periferia urbana.

Desde finales del siglo XIX el centro histórico sufrió alteraciones puntuales de alguna importancia, siendo la intervención más significativa la apertura de la Gran Vía, que junto con zonas de la Castellana (Nuevos Ministerios, AZCA) forman unos ejes «pantalla» que aíslan a ambos de sus lados zonas de menor altura de edificación y menor anchura del viario.

La periferia urbana actual corresponde con el espacio exterior a la llamada «almendra central» definida por la M-30, y que corresponde en su mayor parte a los antiguos municipios absorbidos tras la Guerra Civil. Además de los cascos históricos de esas poblaciones, las nuevas áreas residenciales creadas en el antiguo suelo agrícola son: o bien barrios de chabolas posteriormente reedificados (Orcasitas, El Pozo del Tío Raimundo); o zonas de planificación de los años 1950 (San Blas); o promociones privadas de especulación urbanística de los años 1970 (Barrio del Pilar), que a veces se han calificado de «chabolismo vertical». Los espacios intersticiales son ocupados por zonas de utilización productiva o los equipamientos públicos, que en la mayor parte de los casos tuvieron que conformarse con el escaso suelo que quedó libre de la especulación, en ausencia de una planificación con mayor perspectiva.

Organización político-administrativa

La ciudad de Madrid está gobernada por el Ayuntamiento de Madrid, cuyos representantes se eligen cada cuatro años por sufragio universal de todos los ciudadanos mayores de 18 años de edad. El órgano está presidido por la Alcaldesa de Madrid, Ana Botella desde que su antecesor, Alberto Ruiz-Gallardón, renunciara al cargo tras ser nombrado Ministro de Justicia de España.

Madrid está dividido administrativamente en 21 distritos, que a su vez se subdividen en barrios, no necesariamente coincidentes con los barrios tradicionales. Cada uno de los distritos está administrado por una Junta Municipal de Distrito, con competencias centradas en la canalización de la participación ciudadana de los mismos. La última división administrativa de Madrid data de 1988 y estructura a la ciudad en los siguientes distritos y barrios:

Distritos de Madrid numerados. Los números se corresponden con la clasificación de la izquierda.
  1. Centro: Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad, Sol.
  2. Arganzuela: Imperial, Acacias, La Chopera, Legazpi, Delicias, Palos de Moguer, Atocha.
  3. Retiro: Pacífico, Adelfas, Estrella, Ibiza, Jerónimos, Niño Jesús.
  4. Salamanca: Recoletos, Goya, Fuente del Berro, Guindalera, Lista, Castellana.
  5. Chamartín: El Viso, Prosperidad, Ciudad Jardín, Hispanoamérica, Nueva España, Castilla.
  6. Tetuán: Bellas Vistas, Cuatro Caminos, Castillejos, Almenara, Valdeacederas, Berruguete.
  7. Chamberí: Gaztambide, Arapiles, Trafalgar, Almagro, Vallehermoso, Ríos Rosas.
  8. Fuencarral-El Pardo: El Pardo, Fuentelarreina, Peñagrande, Barrio del Pilar, La Paz, Valverde, Mirasierra, El Goloso.
  9. Moncloa-Aravaca: Casa de Campo, Argüelles, Ciudad Universitaria, Valdezarza, Valdemarín, El Plantío, Aravaca.
  10. Latina: Los Cármenes, Puerta del Ángel, Lucero, Aluche, Las Águilas, Campamento, Cuatro Vientos.
  11. Carabanchel: Comillas, Opañel, San Isidro, Vista Alegre, Puerta Bonita, Buenavista, Abrantes.
  12. Usera: Orcasitas, Orcasur, San Fermín, Almendrales, Moscardó, Zofío, Pradolongo.
  13. Puente de Vallecas: Entrevías, San Diego, Palomeras Bajas, Palomeras Sureste, Portazgo, Numancia.
  14. Moratalaz: Pavones, Horcajo, Marroquina, Media Legua, Fontarrón, Vinateros.
  15. Ciudad Lineal: Ventas, Pueblo Nuevo, Quintana, La Concepción, San Pascual, San Juan Bautista, Colina, Atalaya, Costillares.
  16. Hortaleza: Palomas, Valdefuentes, Canillas, Pinar del Rey, Apóstol Santiago, Piovera.
  17. Villaverde: San Andrés, San Cristóbal, Butarque, Los Rosales, Los Ángeles.
  18. Villa de Vallecas: Casco Histórico de Vallecas, Santa Eugenia.
  19. Vicálvaro: Casco Histórico de Vicálvaro, Ambroz.
  20. San Blas: Simancas, Hellín, Amposta, Arcos, Rosas, Rejas, Canillejas, Salvador.
  21. Barajas: Alameda de Osuna, Aeropuerto, Casco Histórico de Barajas, Timón, Corralejos.

Pueden consultarse los resultados (o en su caso los candidatos) de las distintas elecciones:

  • Últimas elecciones: 2007 y 2003
  • Otras elecciones desde 1976: Elecciones en España
  • Elecciones en Madrid durante la Segunda República Española

Puede consultarse esta lista de alcaldes de Madrid desde comienzos del siglo XIX.


Geografía

Ubicación

La ciudad de Madrid se encuentra en la zona central de la Península Ibérica, a pocos kilómetros al norte del Cerro de los Ángeles, centro geográfico de ésta. Las coordenadas de la ciudad son: 40°26′N 3°41′O / 40.433, -3.683 y su altura media sobre el nivel del mar es de 667 m.

El contexto geográfico y climático de Madrid es el de la Submeseta Sur, dentro de la Meseta Central. La ciudad está situada a pocos kilómetros de la Sierra de Guadarrama e hidrográficamente se encuentra emplazada en la cuenca del Tajo.

Hidrografía

El principal río de de Madrid es el Manzanares, que penetra en municipio en el entorno del Monte de El Pardo alimentando el embalse del mismo nombre, al que también llegan las aguas de los arroyos de Manina y Tejada. Pasado este espacio natural, el río comienza su curso urbano en torno a la ciudad universitaria, entrando después, brevemente, en la Casa de Campo, donde recibe las aguas del arroyo de Meaques.

En este tramo más propiamente urbano, hacia el puente del Rey, recibía las aguas de arroyo Leganitos (su vaguada es el paseo de San Vicente), luego la de otro arroyo que discurría por la Calle de Segovia, y más adelante las aguas del arroyo de la Fuente Castellana (la fuente estaba situada en los llamados Altos del Hipódromo, hacia donde está el actual Museo de Ciencias Naturales, y la vaguada del arroyo discurría por el actual eje Castellana-Prado).

En su siguiente tramo sirve de frontera entre numerosos distritos, dejando en su margen suroeste a los de Latina, Carabanchel, Usera y Villaverde y en el noreste a los distritos Centro, Arganzuela, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas y al resto de la ciudad. En esta fase, concretamente entre los distritos de Arganzuela y Puente de Vallecas, recibe el cauce del soterrado arroyo Abroñigal, cuyo recorrido coincide en su casi totalidad al de la autopista M-30, al usarse la depresión causada por su cauce como medida de insonorización de la vía rápida; también recibe las aguas del arroyo Butarque, éstas en torno al distrito de Villaverde.

A su salida de la ciudad de Madrid, el río entra en el extremo oriental del municipio de Getafe, donde recibe las aguas del arroyo Culebro, para desembocar poco después en las aguas del río Jarama, ya en el entorno de Rivas-Vaciamadrid.

Además de los que desaguan en el Manzanares, existen otros pequeños cursos fluviales en la ciudad de Madrid y en su entorno. Es el caso de arroyos de la Moraleja, de la Vega, Valdelamasa o Viñuelas, que desaguan directamente en el Jarama o del arroyo Cedrón, que lo hace en el río Guadarrama.

Clima

El clima de Madrid es Clima mediterráneo continental y está muy influido por las condiciones urbanas.

Los inviernos son fríos, con temperaturas inferiores a los 5 °C, heladas nocturnas frecuentes y nevadas ocasionales. Los veranos son calurosos con medias en torno a los 24 °C en julio y agosto y con máximas que a veces superan los 35 °C. La oscilación diaria es importante en la periferia urbana, pero se ve reducida en el centro de la ciudad por el efecto antrópico. La amplitud térmica anual es alta (19 grados, cifra propia de la Meseta Sur) como consecuencia de la gran distancia al mar y la altitud (en torno a los 600 m). Las precipitaciones anuales son superiores a los 400 mm, con mínimos muy marcados en verano (cuatro meses secos, de junio a septiembre) y grandes oscilaciones entre la zona NO, bastante más lluviosa, y la zona SE que resulta más árida.

Observatorio del Parque del Retiro
1971-2000 ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic Total
Temperatura
máxima (°C)
9,7 12,0 15,7 17,5 21,4 26,9 31,2 30,7 26,0 19,0 13,4 10,1 19,4
Temperatura
mínima (°C)
2,6 3,7 5,6 7,2 10,7 15,1 18,4 18,2 15,0 10,2 6,0 3,8 9,7
Precipitaciones (mm) 37 35 26 47 52 25 15 10 28 49 56 56 436
Observatorio del Aeropuerto de Madrid-Barajas
1971-2000 ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic Total
Temperatura
máxima (°C)
10,6 12,9 16,3 18,0 22,3 28,2 33,0 32,4 27,6 20,6 14,7 11,0 20,6
Temperatura
mínima (°C)
0,3 1,5 3,2 5,4 8,8 13,0 16,1 16,0 12,7 8,3 3,8 1,8 7,6
Precipitaciones (mm) 33 34 23 39 47 26 11 12 24 39 48 48 386

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Economía

La ciudad de Madrid tenía en 2003 un Producto Interior Bruto de 79.785.000.000 €, suponiendo el 10% de la renta nacional. De los sectores económicos de la ciudad, el más importante es el terciario o sector servicios, que representa ya un 85,09% de la economía de la ciudad. Dentro de este sector destacan los servicios financieros (31,91% del PIB total) y las actividades comerciales (31,84% del PIB total). El resto del PIB lo aporta la industria (8,96% del PIB total), el sector de la construcción (5,93% del PIB total). La agricultura tiene un carácter residual, de manera que apenas aporta un 0,03% del total.

Historia económica

El Antiguo Régimen

La ciudad experimentó un gran desarrollo a raíz de que Felipe II la convirtiese en capital del Reino. La función administrativa que desempeñó desde entonces, acentuada por el carácter centralista del sistema de gobierno instaurado por los Borbones, propició el desarrollo de la actividad artesana, con la inclusión de algunas instituciones protocapitalistas, como fueron los Cinco Gremios Mayores o el Banco de San Carlos y algunas manufacturas reales, como la famosa Porcelana del Buen Retiro, destruida en la Guerra de Independencia o la Fábrica de Tabacos de la glorieta de Embajadores. El abastecimiento urbano ocupaba un lugar central en la preocupación de los poderes públicos (estatales y municipales), y descansaba en una compleja red de agentes e instituciones públicas y privadas (pósito, fiel almotacén, rastro, repesos, obligados, tablajeros, revendedores…) que funcionaban en torno al mercado (plazuelas y Plaza Mayor), siguiendo el sistema paternalista y proteccionista propio del mercantilismo. Durante el Antiguo Régimen, Madrid fue una capital imperial, descrita a veces como un parásito económico que succionaba los recursos de sus dominios sin contribuir directamente a la génesis de su riqueza. A diferencia de otras ciudades en la transición del feudalismo al capitalismo (notablemente Londres o París), su posición geográfica, en una meseta no conectable fluvialmente y aislada por cordilleras de una costa a cientos de kilómetros, le imposibilitaba ser el centro comercial de la Monarquía Hispánica (papel que podría cumplir Sevilla, o hubiera podido ser Lisboa, de haberla elegido Felipe II). Por tanto, la función principal de Madrid fue ser el centro de la vida política y social, y en lo económico un mercado de consumo suntuario y el mercado de referencia de la agricultura castellana (fundamentalmente cerealista). La integración de un mercado nacional no fue posible hasta muy entrado el siglo XIX, con el trazado de los ferrocarriles y los cambios político económicos de la era liberal (como la desamortización).

La edad contemporánea y el movimiento obrero

Antigua fábrica de cervezas El Águila (hoy sede del Archivo Regional y de la Biblioteca Regional Joaquín Leguina). Ejemplo de la arquitectura industrial de Madrid de fines del XIX y principios del XX, en el estilo llamado neomudéjar madrileño.

Madrid no se transformó en un centro de importancia industrial en el siglo XIX. La principal mercancía que transportaba el tren de Aranjuez (primer destino conectado con Madrid y que es llamado aún hoy el Tren de la Fresa) fueron las maderas que los gancheros bajaban desde la Sierras del Alto Tajo y que alimentaban la construcción, que siempre ha sido una de las principales actividades económicas, a falta de un tejido productivo más básico. Buena muestra de la debilidad industrial fue el relativamente escaso desarrollo del movimiento obrero, que siempre tuvo su centro de gravedad en Barcelona. La fundación del PSOE y la UGT en Madrid fueron curiosamente fruto de la personalidad de Pablo Iglesias, un obrero tipógrafo (una industria vinculada a una tradicional actividad urbana madrileña: la edición de libros y periódicos).

La expansión industrial se produjo en el siglo XX, sobre todo tras la guerra civil y la posguerra. El desarrollo se centró en sectores dinámicos, como la química, la metalurgia y otras especialidades relacionadas con el consumo urbano de tecnología avanzada: mecánica de precisión, electrónica, farmacéutica, y otras. Un factor que favoreció el desarrollo industrial de esta época fue el estímulo de la Administración, a consecuencia de ser Madrid la capital del estado, lo que trajo como consecuencia indirecta la localización de un gran número de sedes de empresas nacionales e internacionales. También el movimiento obrero, encuadrado obligatoriamente en el sindicato vertical franquista, responde a esa nueva dinámica con la extensión de las ilegales Comisiones Obreras (nacidas en la minería asturiana) por las fábricas de la periferia industrial madrileña, gracias a la actividad de activistas como Marcelino Camacho y el Padre Llanos.

Desde la llegada de la democracia y a pesar de la descentralización administrativa, la tendencia expansiva de la ciudad se ha mantenido, de manera que presenta hoy en día una de las economías más dinámicas y diversificadas de la Unión Europea. A esto ha contribuido sin duda la privilegiada posición geográfica de la ciudad, un muy buen nivel de infraestructuras y un elevado grado de concentración de capital humano, con un alto nivel de formación.

Actividades productivas

Panorama urbano de Madrid. Acompañando al crecimiento económico de la ciudad han ido siendo erigidas construcciones en altura y rascacielos, especialmente en las áreas al norte de la ciudad de AZCA y CTBA.

La industria en la ciudad de Madrid pierde peso poco a poco, para trasladarse a los municipios del Área metropolitana de Madrid, especialmente del arco Sur-Sureste. Aun así la industria sigue suponiendo un porcentaje relevante del PIB de la ciudad.

La construcción es el sector de más crecimiento de Madrid, estimado en un 8,2% en el año 2005. La tendencia muestra un aumento de la construcción no residencial, empujada por la ligera desaceleración del incremento del precio de la vivienda en 2005.

Pero es el sector servicios el que lidera la actividad económica de Madrid, con un 85% del total, y ocupa a dos terceras partes de la población activa. A las tradicionales funciones administrativas, por albergar la Administración central del Estado, y financieras (Madrid es la sede de gran cantidad de empresas que desarrollan su actividad en toda España y acoge la mitad del capital financiero nacional), se han sumado las relacionadas con el transporte o con la pujanza del aeropuerto de Madrid-Barajas. De hecho los mayores centros de empleo y aportación al PIB de la ciudad de Madrid, son el propio aeropuerto e Ifema, el recinto ferial de la ciudad.

Además, Madrid se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Europa, sólo por detrás de París, Londres, Roma, y es la primera de España. En la ciudad se desarrolla gran cantidad de actividades de carácter turístico, lúdico y cultural.

Energía

El Ayuntamiento ha publicado el Balance energético del municipio de Madrid, que concluye, entre otros, la disminución de la dependencia energética y el aumento significativo de la generación de energía a partir de fuentes renovables entre 2003 y 2006.

Educación

La educación en Madrid depende a su vez de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, que asume las competencias de educación a nivel regional

Educación infantil, primaria y secundaria

Se estima que hay unos 167.000 alumnos en educación infantil, 320.800 en educación primaria, unos 4.500 en Educación Especial, y en torno a 50.000 de Formación Profesional. El total de estudiantes no universitarios es superior al millón de alumnos, de los que unos 600.000 estudian en centros públicos, 260.000 en centros privados concertados y unos 150.000 en centros privados no concertados.

En los 21 distritos de la ciudad de Madrid hay 520 guarderías (98 públicas y 422 privadas), 235 colegios públicos de educación infantil y primaria, 106 institutos de educación secundaria, 309 colegios privados (con y sin concierto) y 24 centros extranjeros.

Existen 242 colegios públicos (casi uno de cada tres) que imparten enseñanza bilingüe a unos 55.000 alumnos de Primaria

Educación universitaria

La Comunidad de Madrid es sede de seis universidades públicas (además de la UNED, de ámbito nacional). De ellas, cuatro tienen su paraninfo o alguna de sus facultades o escuelas en la ciudad de Madrid:

  • Universidad Complutense de Madrid (con su paraninfo y la mayor parte de sus escuelas y facultades en la Ciudad Universitaria de Madrid).
  • Universidad Autónoma de Madrid (con su campus en Cantoblanco).
  • Universidad Politécnica de Madrid (con su paraninfo y algunas escuelas en la Ciudad Universitaria de Madrid y otras escuelas en el Campus Sur en Vallecas, el Campus de Montegancedo (entre Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcón) y el Campus Centro, con escuelas situadas en el centro de Madrid (ETSI Minas, ETSI Industriales, EUIT Obras Públicas, EUIT Industriales).
  • Universidad Rey Juan Carlos (que aunque desarrolla la mayor parte de su actividad en Móstoles, Alcorcón y Fuenlabrada, también cuenta con facultades en el distrito de Vicálvaro).

Además de las Universidades públicas, en la Comunidad de Madrid se encuentran las siguientes privadas:
Universidad Alfonso X el Sabio, Universidad Antonio de Nebrija, Universidad Camilo José Cela, Universidad a Distancia de Madrid – udima, Universidad Europea de Madrid, Universidad Francisco de Vitoria, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Universidad Pontificia Comillas, Universidad Pontificia de Salamanca (Campus de Madrid), Universidad San Pablo CEU, Saint Louis University y Suffolk University

Asimismo, Madrid es la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), de las diversas Academias nacionales y de la Biblioteca Nacional con su colección de archivos históricos.

En el distrito de Moncloa-Aravaca está la Ciudad Universitaria de Madrid, un barrio en el que se concentran la mayor parte de las facultades y escuelas superiores de las universidades Complutense y Politécnica.

Turismo

La Puerta de Alcalá. El topónimo «puerta» aparece muchas veces en el callejero madrileño, siendo en algunos casos ocupado por puertas monumentales, como ésta (diseñada por Francesco Sabatini, 1776), la Puerta de San Vicente (1775), la Puerta de Toledo (Antonio López Aguado, 1827) modificación de un anterior proyecto de época de José Bonaparte, o la Puerta de Hierro (Francisco Nagle, 1753), entrada al Real Sitio de El Pardo que fue desplazada recientemente con motivo de las obras de la Carretera de La Coruña. Otras, correspondientes al trazado de las murallas medievales, fueron englobadas por el crecimiento urbano en la misma época medieval o la moderna, pero se conserva su nombre: Puerta Cerrada, Puerta de la Vega, Puerta de Guadalajara, Puerta del Sol. El Parque del Retiro tiene varias puertas monumentales, como la de España y la de Mariana de Neoburgo.

El Museo Municipal, antiguo Real Hospicio del Ave María y San Fernando, visto desde la boca de Metro de Tribunal, en la Calle Fuencarral. La forja del diseño de Antonio Palacios (1919) es una de las formas omnipresentes en el mobiliario urbano madrileño (junto a las farolas «fernandinas»), y convive armónicamente con una de las máximas expresiones del barroco tardío español: la portada del Hospicio, obra de Pedro de Ribera, levantado entre 1722 y 1726, más propia de un palacio aristocrático que de una casa de beneficencia. Llegó a albergar 3.000 asilados y desempeño su función original hasta 1922, cuando a iniciativa de la Real Academia de San Fernando, se le salvó del derribo. Desde entonces funciona como Museo Municipal y es el epicentro de la vida nocturna en el barrio de Malasaña.

Madrid fue en el 2006 la cuarta ciudad más visitada de Europa y la primera de España al acoger a casi siete millones de turistas ese año. Es además sede de la Organización Mundial del Turismo y de la Feria Internacional del Turismo — FITUR.

Arquitectura histórica

La mayor parte de los lugares turísticos de Madrid se encuentran en el interior de la ciudad, principalmente en los distritos Centro, Salamanca, Chamberí, Retiro y Arganzuela.

El centro neurálgico de Madrid es la Puerta del Sol, punto de partida de la numeración de todas las carreteras del país. De esta plaza nacen diez calles.

La Calle Alcalá conduce desde la Puerta del Sol hacia el noreste de la ciudad. Desde ella se llega a la Plaza de Cibeles, en la que se encuentran lugares emblemáticos como la Fuente de Cibeles, el Banco de España o el Palacio de Comunicaciones (Antonio Palacios, 1918), actual sede del Ayuntamiento de Madrid. Posteriormente la calle alcanza la Plaza de la Independencia, en la que se encuentran la Puerta de Alcalá y una entrada al Parque del Retiro, en el que se encuentran lugares emblemáticos como el Palacio de Cristal, junto al estanque (1887, Ricardo Velázquez Bosco). En las inmediaciones con la M-30 se cruzará con la Plaza de Toros de Las Ventas.

La Calle Mayor conduce hasta la Plaza Mayor, construida y reconstruida en sucesivas intervenciones de los Maestros Mayores de Obras de Madrid, los arquitectos más presentes en el plano madrileño, como Juan Gómez de Mora (1619) o Juan de Villanueva (1790); continuando por el llamado Madrid de los Austrias —en referencia a la dinastía de los Austrias— llegando finalmente a la Calle Bailén, cerca de la Catedral de la Almudena, proyectada por varias generaciones de arquitectos, desde el siglo XVIII (Ventura Rodríguez) hasta finales del XX (Fernando Chueca Goitia); y de la iglesia de San Francisco el Grande (Francisco Cabezas y Francesco Sabatini, 1784).

Cerca de este punto se encuentran las ruinas de las murallas y atalaya árabes de la antigua fortaleza de Mayrīt así como de la posterior muralla cristiana. En este entorno se encuentran algunas de las zonas ajardinadas más bellas de la ciudad, como el Campo del Moro y los Jardines de Sabatini. Algo más al Oeste están la Casa de Campo y el entorno del río Manzanares, cruzado por los puentes de Segovia y de Toledo de las calles del mismo nombre. En la segunda, más adelante, se encuentra la Puerta de Toledo.

Desde allí la Calle Bailén conduce hasta la Plaza de España en la que se encuentran el monumento a Miguel de Cervantes, los edificios España y Torre de Madrid y el Templo de Debod, un templo egipcio trasladado piedra a piedra a España como agradecimiento por la ayuda ofrecida en la construcción de la Presa de Asuán. También en esta plaza nace la Gran Vía de Madrid, que avanzará dejando al norte el barrio de Malasaña, de una importante actividad nocturna y cultural, cruzándose con las Calles del Carmen y Preciados en la Plaza de Callao y más adelante con la Calle Montera —las tres provenientes de la puerta del Sol—. En este punto Malasaña deja paso al barrio de Chueca, de ambiente alternativo y gay. La Gran Vía finalmente terminará al cruzarse con la calle Alcalá.

La Calle Arenal llega al Teatro Real (Antonio López Aguado y Custodio Moreno, 1850), en la Plaza de Ópera, continuando hasta la Plaza de Oriente, donde se encuentra el Palacio Real (Filippo Juvara y Juan Bautista Sachetti, 1738–1764).

Las Calles del Correo, Carretas y de Espoz y Mina, parten hacia el sur hacia el Barrio de las Letras. En esta zona se encuentran multitud de bares de copas y pubs, especialmente en el entorno de las calles Huertas, Atocha y de la Plaza de Santa Ana. Esta área termina en el entorno de la Plaza de Carlos V, junto a la emblemática Estación de Atocha y al Ministerio de Agricultura.

La Carrera de San Jerónimo sale hacia el sureste, cruzando las plazas de Canalejas y de las Cortes —junto al Palacio de las Cortes— y llegando hasta el llamado Triángulo del Arte de los museos del Prado, Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza en el ajardinado Paseo del Prado. No muy lejos se encuentra el Observatorio Astronómico de El Retiro, la Basílica de Nuestra Señora de Atocha y el Panteón de Hombres Ilustres. También en este entorno se encuentra la iglesia de San Jerónimo el Real que da nombre a la calle, el Hotel Ritz, el Palacio de la Bolsa y la Real Academia de la Lengua Española.

En el mismo Paseo del Prado se encuentra la fuente de Neptuno, lugar de celebración de victorias del club de fútbol Atlético de Madrid (en rivalidad con las del Real Madrid, que se celebran en la de Cibeles). Esta calle continúa hacia el norte con el nombre de Paseo de Recoletos hasta la Plaza de Colón, en la que se encuentra la Biblioteca Nacional, las Torres Colón y un centro cultural subterráneo bajo los Jardines del Descubrimiento, en el espacio ocupado por la antigua Casa de la Moneda, en cuyo exterior se levantan un conjunto escultórico, el monumento al descubridor y una enorme bandera de España. En este punto cambia de nuevo su nombre a Paseo de la Castellana, convirtiéndose en una de las vías más importantes de la capital y alcanzando el extremo norte de ésta. En torno a su fin, contiene las áreas empresariales de AZCA y Cuatro Torres Business Área, que contienen algunos de los edificios más altos del país.

Escultura urbana

Madrid es la única capital del mundo que exhibe en un monumento en plaza pública una imagen de Lucifer: el Ángel Caído o Fuente del Ángel Caído, de Ricardo Bellver, 1877, que representa el momento en el que, según la Biblia, Lucifer es expulsado del Cielo por rebelarse contra Dios. El grupo escultórico da nombre a la glorieta donde se encuentra, en pleno Parque del Retiro y junto a las ruinas de la antigua Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro (llamada popularmente la China).

Madrid es la única capital del mundo que exhibe en un monumento en plaza pública una imagen de Lucifer: el Ángel Caído o Fuente del Ángel Caído, de Ricardo Bellver, 1877, que representa el momento en el que, según la Biblia, Lucifer es expulsado del Cielo por rebelarse contra Dios. El grupo escultórico da nombre a la glorieta donde se encuentra, en el Parque del Retiro, sobre el lugar que ocupaba la antigua Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro (llamada popularmente la China).

La sirena varada o Punto de Encuentro, de Eduardo Chillida, en el Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana. El penúltimo alcalde no elegido democráticamente, José Luis Álvarez, ya iniciada la transición democrática, autorizó la colocación de esta escultura, adquirida por el ayuntamiento en 1972, en vísperas de las primeras elecciones municipales (1979).

Puerta de la Ilustración, de Andreu Alfaro, sobre la M-30 a la altura de La Vaguada. Estuvo previsto colocar en una glorieta cercana una escultura de grandes dimensiones, representando un desnudo masculino hiperrealista, basada en un diseño de Antonio López García, pero el proyecto no se llevó a cabo.

Las calles de Madrid son un verdadero museo de escultura al aire libre, además del llamado Museo de Escultura al aire libre de la Castellana, dedicado a obras abstractas, entre las que destaca la «Sirena varada» de Eduardo Chillida, que debe su nombre a la negativa del ayuntamiento franquista a colocarla en el lugar inicialmente previsto, lo que originó un escándalo en ambientes artísticos y un conjunto de opiniones dispares en un público poco preparado para las innovaciones estéticas; el autor la llamaba «Punto de encuentro».

Desde el siglo XVIII, el espacio del Salón del Prado se adornó con un programa iconográfico de fuentes monumentales con referencias clásicas: la Fuente de la Alcachofa, las Cuatro Fuentes, la Fuente de Neptuno, la Fuente de Apolo y la Fuente de Cibeles. En la Plaza de Oriente se exhibe una serie de reyes de España desde los visigodos y los distintos reinos cristianos medievales, que fueron bajados de la cornisa de Palacio donde previamente se habían colocado, a consecuencia de un sueño premonitorio de la reina Isabel de Farnesio. Algunos se conservan en el Retiro.

Fuente de Cibeles, una de las imágenes icónicas de Madrid. Fue concebida como parte de la reordenación urbana del Paseo del Prado, auspiciada por el rey Carlos III. Sus autores fueron Francisco Gutiérrez y Roberto Michel, con añadidos de Miguel Ángel Trilles y Antonio Parera, en el siglo XIX.

Las esculturas ecuestres son particularmente espectaculares, empezando cronológicamente por dos del siglo XVII: la de Felipe III, en la Plaza Mayor, y la de Felipe IV, en la Plaza de Oriente (sin duda la más importante de Madrid, proyectada por Velázquez y construida por Pietro Tacca con asesoramiento científico de Galileo Galilei). Del siglo XIX son la estatua de Espartero, en la Calle de Alcalá frente al Retiro, y la del Marqués del Duero en la Castellana. En Nuevos Ministerios estuvo la estatua ecuestre de Francisco Franco que se retiró en 2004 por decisión del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, medida que suscitó algún escándalo, coincidiendo con el debate sobre la memoria histórica; durante el gobierno de Felipe González se habían colocado cerca de ella estatuas de Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.

El Paseo de la Castellana alberga también estatuas notables, como la de Colón, la de Emilio Castelar (de Mariano Benlliure, prolífico escultor que tiene mucha obra expuesta en Madrid, en calles o edificios, como varias tumbas en el Panteón de Hombres Ilustres), la «Mano» de Fernando Botero, Monumento a la Constitución de 1978 de Madrid (un cubo de mármol de Macael) y el Monumento a José Calvo Sotelo en la Plaza de Castilla.

Dispersas por todo Madrid, sobre todo en el centro, se encuentran muchas otras notables esculturas: las más famosas los leones de las Cortes, hechos por Ponciano Ponzano del bronce fundido de cañones tomados en la Guerra de África (1886), frente a los que se encuentra una escondida estatua de Miguel de Cervantes. En las tres puertas del Museo del Prado se encuentran magníficas estatuas de Goya (Mariano Benlliure), Velázquez (Aniceto Marinas) y Murillo (Sabino Medina), y frente al Casón del Buen Retiro hay una estatua de la reina regente María Cristina de Borbón. En la Plaza de la Lealtad se encuentra el obelisco a los caídos por España, y en la Plaza del Dos de Mayo, donde estuvo el cuartel de artillería de Monteleón, el grupo escultórico de Daoiz y Velarde. En las escalinatas de la Biblioteca Nacional se encuentra una serie de estatuas de literatos españoles, y en su interior una destacable de Marcelino Menéndez y Pelayo. En la Plaza de España se encuentra un grupo escultórico de grandes dimensiones: el Monumento a Cervantes.

Muchas zonas del Parque del Retiro son realmente escenografías escultóricas: El Ángel Caído de Ricardo Bellver, el grupo escultórico de Alfonso XII, tras él la estatua también ecuestre de Martínez Campos, y más escondidos los monumentos a Julio Romero de Torres y a Ramón y Cajal (Victorio Macho, 1926). Dentro del Jardín Botánico se encuentra una estatua de Carlos III, que también dispone en la Puerta del Sol una ecuestre, realizada recientemente sobre un diseño del siglo XVIII, y muy cercana a dos de las más famosas: La Mariblanca (nombre vulgar de una Diana que presidió una fuente clásica) y El Oso y el Madroño (quizá la más fotografiada). No obstante, la estatua más popular de Madrid posiblemente sea la de Eloy Gonzalo (obra de Aniceto Marinas), el héroe de Cascorro, que preside el Rastro con una amenazante lata de gasolina.

En la Plaza de la Ópera se encuentra la estatua de Isabel II, que fue derribada y arrastrada durante la proclamación de la Segunda República Algunas estatuas de republicanos destacados fueron apartadas tras la Guerra Civil y rescatadas en democracia, como el busto de Pablo Iglesias, de Emiliano Barral. Otro famoso busto, el de Antonio Machado por Pablo Serrano (éste esculpido durante el franquismo, en 1966), que tuvo que mantenerse oculto durante años en el domicilio del fiscal Chamorro, ahora se encuentra en Baeza, con una réplica en la calle dedicada al poeta, en la zona norte de Madrid. No muy lejos se encuentra una escultura de tubos semicirculares de grandes dimensiones de Andreu Alfaro, cruzando sobre la calzada central de la Avenida de la Ilustración.

En forma de relieves, adosadas a edificios o encaramadas a sus cornisas se encuentran multitud de esculturas. En las postrimerías del barroco destacan las complejas portadas de Pedro de Ribera (la del antiguo Hospicio, hoy Museo Municipal de Madrid, y la del Monte de Piedad, además de la decoración de puente de Toledo y muchos otros edificios singulares). En época contemporánea se encuentran más ejemplos escultóricos, como los caballos alados del Ministerio de Fomento o Agricultura, en Atocha, el Fénix del edificio de La Unión y el Fénix, la Minerva del Círculo de Bellas Artes o los aurigas del Banco Hispano Americano en la plaza de Sevilla (inmortalizados en la película La Comunidad).

En otro orden de cosas (aunque también inmortalizados en alguna película, como El día de la Bestia) están los letreros publicitarios luminosos de neón, algunos de los cuales han adquirido rango de históricos y están legalmente protegidos, como el de Schweppes en la plaza del Callao o el de Tío Pepe en la Puerta del Sol.

Rascacielos

Si bien Madrid nunca ha sido una ciudad destacada por sus rascacielos, durante el siglo XX, especialmente con la construcción de la Gran Vía, se levantaron los primeros que, si bien no podían considerarse rascacielos, sí eran edificios destacados. No es hasta 1953 cuando se levanta el primer rascacielos en Madrid, el Edificio España y en 1957 le supera la Torre de Madrid. En la década de 1980 se levantan los rascacielos de AZCA, como la Torre Picasso y la torre de telecomunicaciones Torrespaña, si bien ésta no se suele considerar como un rascacielos. Durante los años 2006 y 2008, se ha construido en el Paseo de la Castellana el parque empresarial Cuatro Torres Business Área, proyecto en el que hay cuatro rascacielos que superan los 200 metros de altura, entre los cuales los más altos son la Torre Caja Madrid y la Torre de Cristal, con 250 y 249 metros cada una.

Actualmente la lista de edificios por altura es la siguiente. Se muestran en negrita los edificios que están en construcción.

Puesto Edificio Altura Número de plantas Año de inauguración
1 Torre Caja Madrid 250 m 45 2009
2 Torre de Cristal 250 m 52 2008
3 Torre Sacyr Vallehermoso 236 m 52 2008
4 Torrespaña 231 m 4 y fuste 1982
5 Torre Espacio 223 m 53 2007
6 Torre Picasso 157 m 43 1988
7 Torre de Madrid 142 m 34 1957
8 Torre Europa 121 m 35 1985
9 Edificio España 117 m 25 1953
10 Puerta de Europa I y II 114 m 26 1996

Barrios periféricos

Si bien es la zona centro la que concentra la mayor parte del interés turístico, algunos lugares de interés se encuentran en los barrios de la periferia. Es el caso del Planetario, situado en el Parque de Enrique Tierno Galván junto a la M-30, en el entrono de Arganzuela y Puente de Vallecas.

El Palacio de El Pardo se encuentra en el distrito no urbanizable de Fuencarral-El Pardo. Su entorno, el Monte de El Pardo, está protegido tanto por formar parte del Patrimonio Nacional como por su valor ecológico, debido a sus abundantes y diversas flora y fauna autóctonas. También este espacio protegido alberga el Palacio de la Zarzuela, residencia de la Familia Real Española y el llamado «pabellón del Príncipe de Asturias», de reciente construcción (año 2001)

Alrededores de Madrid

Si bien no pertenecen a la ciudad de Madrid, hay otros lugares de su entorno que, debido a su escasa distancia de la ciudad, están íntimamente relacionados con ella.

Algunos de los más destacables son el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y el Valle de los Caídos, a escasos kilómetros del primero, situados en la también destacable Sierra de Guadarrama.

En la zona Este y Sur destacan las ciudades de Alcalá de Henares y Aranjuez, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como la villa de Chinchón.

Zonas comerciales

La ciudad de Madrid, con la Pasarela de moda Cibeles, está considerada como uno de los centros europeos de la moda, por lo que todas las marcas principales tienen sede en la ciudad. Si bien las tiendas minoristas se distribuyen por toda la ciudad, también existen áreas de especial concentración comercial como son los entornos de la Puerta del Sol, las calles Serrano y Goya.

Hay establecimientos especializados en alta costura de todas las principales marcas internacionales, como Armani o Gucci, así como de las españolas como Zara, Loewe o Cortefiel. También hay multitud de tiendas de ropa informal y deportiva, con presencia de las principales marcas. Es de reseñar la cadena El Corte Inglés, especialmente dedicada a la moda, y que cuenta con centros en los puntos de la ciudad más concurridos.

También es renombrado el mercadillo callejero de El Rastro, que se sitúa los domingos y festivos en torno a la calle Ribera de Curtidores.

Madrid ofrece la posibilidad de disfrutar de los pocos cafés clásicos que quedan. Destacan el literario Café Gijón (Paseo de Recoletos, 21) y el Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7).


Arte y cultura

Eventos culturales

A finales de mayo y principios de junio, se celebra cada año en los Jardines del Retiro, la Feria del Libro de Madrid, que comenzó su andadura en tiempos de la Segunda República, en 1933.

Madrid en la Literatura, la Música y el Cine

El Quijote (1605), impreso en la Calle de Atocha por Juan de la Cuesta. La actividad editorial de Madrid ha sido muy notable desde la instalación de la Corte hasta el presente.

Aunque no son pocas las referencias a Madrid en la literatura medieval, e incluso hay célebres madrileños en ella, como Ruy González de Clavijo, es desde la literatura del siglo de Oro cuando las referencias a Madrid son muy abundantes, bien por ser el escenario de obras literarias o aparecer en sus títulos (El Acero de Madrid o Las Ferias de Madrid, de Lope de Vega) o bien por referirse en concreto a la villa, sus costumbres y moradores, entre los que se encontraban los propios Cervantes, Lope de Vega (él mismo natural de Madrid), Quevedo, Góngora (inquilino y enemigo mortal de aquél, que se dio el gusto de desahuciarle). Las calles entre Atocha y la Carrera de San Jerónimo concentran la mayor parte de los lugares de vida y enterramiento de estos genios, incluyendo el local donde se imprimió el Quijote, y son conocidas como Barrio de las Letras o Barrio de Las Musas (a no confundir con el homónimo situado en San Blas). Dos corrales de comedias (el Corral del Príncipe, precedente del Teatro Español, y el de los Caños del Peral, precedente del Teatro de la Ópera de Madrid) se repartían la audiencia popular, rivalizando en estrenar a Tirso de Molina o a Calderón de la Barca (ambos madrileños). El siglo XVIII significó una decadencia de la calidad de la literatura, incluida la escénica, aunque el público madrileño se deleitaba con los sainetes de Ramón de la Cruz, de ambiente castizo (uno de los cuales acuñó el término Manolo), o las más intelectuales producciones de los Moratín (padre e hijo).

Madrid, castillo famoso
que al rey moro alivia el miedo…

Nicolás Fernández de Moratín, Fiesta de toros en Madrid, en quintillas.

Más brillantez tuvo la escena musical, en que aparte de los nacionales, figuras extranjeras como el castrato Farinelli y el compositor Luigi Boccherini, que llegó a identificarse lo suficiente con la ciudad como para producir la celebérrima Ritirata de Madrid.

El romanticismo madrileño del siglo XIX tiene en el madrileño Mariano José de Larra su principal exponente. Su suicidio y entierro (con lectura de epitafio por José Zorrilla incluida) sólo se entienden en el contexto y ambiente que refleja a la perfección el Museo Romántico. Con autores como Francisco Asenjo Barbieri, Federico Chueca y Tomás Bretón se desarrolla un género dramático musical autóctono, de ambiente popular y costumbrista: la zarzuela, de la que Madrid es capital mundial, especializándose en ella la programación del Teatro de la Zarzuela o del Teatro Apolo. El ambiente costumbrista madrileño también produjo comedias de mucho éxito de público, como las del alicantino Carlos Arniches, que más que reflejar el habla popular, la exageraba hasta un punto paródico que, curiosamente, terminó siendo imitado por los hablantes reales.

Palacio de la Prensa, Gran Vía a la altura de la Plaza del Callao, Pedro Muguruza Otaño (1925-1929). Se construyó como edificio multifuncional, a imitación del urbanismo y arquitectura norteamericanas, donde aparte de la sede social de la Asociación de la Prensa de Madrid (actividad de enorme importancia, véase Historia de la prensa en España), existía un café concierto, una enorme sala de cine con 1840 localidades (que sigue existiendo, convertida en multicines desde 1991), viviendas de alquiler y oficinas. La primera película proyectada fue El destino de la Carne. El extraño diseño del patio de butacas exigía que se accediera a él en ascensor, característica que se eliminó en 1941 (reforma de Enrique López-Izquierdo). Los cines y demás locales comerciales de la Gran Vía han sufrido diversas vicisitudes desde su primitivo diseño, y han sido objeto de un reciente plan de recuperación de su estética original. Actualmente muchos de ellos se han reformado para acoger espectáculos dramático-musicales, con lo que el tramo de la calle entre Callao y Plaza de España se ha convertido en un pequeño Broadway. Otros comercios tradicionales de la zona eran y siguen siendo las librerías, como la Casa del Libro de la Editorial Espasa-Calpe y las pequeñas librerías de la calle Libreros, especializadas en libros de segunda mano y libros de texto, y las tiendas de discos. En 1991 se hizo una nueva reforma convirtiéndolo en un cine multisalas.

Finalizado el siglo, el canario Galdós reflejará en sus Episodios Nacionales muchos hechos ocurridos en Madrid, y en otras novelas atrapará el ambiente de las distintas clases sociales (Fortunata y Jacinta, Miau, Misericordia). Es el momento (1896) en que Alexandre Promio, un camarógrafo de la empresa Lumière llega a Madrid y toma las primeras películas, en que aparece la Puerta del Sol. A comienzos del siglo XX, posiblemente sea el esperpento de Valle Inclán (Luces de Bohemia, un viaje nocturno de un poeta ciego por un sórdido Madrid) el que mejor refleje la realidad de la villa. En un célebre pasaje, se cita a los espejos deformantes del callejón del Gato como inspiración de esa visión, que también se ha comparado con la estética del pintor José Gutiérrez Solana o la del Ramón Gómez de la Serna (tan famoso por su obra como por sus jugosa tertulia en el Café Pombo). Un contraste literario sería la visión realista de Pío Baroja en su trilogía La lucha por la vida (El árbol de la ciencia, Mala hierba, Aurora roja) o la de Arturo Barea (La forja de un rebelde). La generación de 1927 tuvo uno de sus lugares de reunión en la Residencia de Estudiantes, donde pudieron entrar en contacto Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel. No es exagerado hablar de Edad de Plata. Pero poco más tarde, los poetas que «ganara quien la ganase» perdieron la guerra, estuvieron en los dos frentes, tocando «geográficamente» sufrir la represión del bando republicano en Madrid a literatos como Enrique Jardiel Poncela o Pedro Muñoz Seca (que fue fusilado); y cantar la resistencia del «Rompeolas de las cincuenta provincias españolas» a Antonio Machado

¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas.

La «victoria» llevó al exilio (interior o exterior) a buena parte de los supervivientes. En Madrid quedaron Vicente Aleixandre o Gerardo Diego, según éste en una ciudad de «algo más de un millón de cadáveres». Los entierros de José Ortega y Gasset y de Pío Baroja, cuyo incómodo silencio difícilmente podía entenderse como justificación del régimen franquista, fueron significativamente los dos actos culturales más trascendentes de una época sombría. En el bando triunfador no veían las cosas mucho más alegres, como demostró La colmena de Camilo José Cela o la película Surcos, de José Antonio Nieves Conde, que denunciaba desde una ideología falangista la corrupción que la ciudad ejercía sobre una familia de emigrantes campesinos. La generación de los cincuenta insistió en los tintes sombríos (La taberna fantástica de Alfonso Sastre, ambientada en el Arroyo de Abroñigal, hoy M-30; El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio, que narra el paso del tiempo de unos jóvenes madrileños que van a refrescarse a las riberas de ese río; o Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, que recorre Madrid entero, desde el Centro Superior de Investigaciones Científicas, el Ateneo y las mansiones aristocráticas hasta los prostíbulos, las verbenas populares y las chabolas). La cinematografía que retrata el Madrid de la época contaba con productos de evasión de gran consumo, que propagaban valores tradicionales con tintes más o menos edulcorados, como en las películas de Rafael J. Salvia (Manolo, guardia urbano; Las chicas de la Cruz Roja, La gran familia, ésta codirigida por Fernando Palacios). Otra de mayor altura estética y compromiso social enmascarado en el humor negro puede verse en Luis García Berlanga (Una pareja feliz, El verdugo), Edgar Neville (Domingo de Carnaval y El último caballo) o Marco Ferreri (El pisito y El cochecito). La escena madrileña, al mismo tiempo que recoge la última época del género ínfimo (el cuplé y la revista musical, estrechamente sometidos a censura), representa las obras de tinte pesimista de Antonio Buero Vallejo, desde Historia de una escalera (1949) y otras ambientadas en Madrid (La detonación, en la época de Larra, Un soñador para un pueblo, en la de Esquilache).

El color gris posiblemente no se despejó del ambiente artístico hasta el estallido de la movida madrileña entre finales de los setenta y comienzos de los ochenta. Las películas de Pedro Almodóvar y la denominada nueva comedia madrileña (Fernando Colomo) reflejan un Madrid definitivamente superador del de Muerte de un ciclista de Juan Antonio Bardem veinte años antes. A finales de los 80 y principios de los 90 los estertores de la movida dejaron paso a una degradación urbana generalizada, a causa del auge de la heroína, que se hizo sentir en Chueca (hoy barrio de abierta presencia gay), Villaverde, San Blas o Vallecas y poblados marginales adyacentes. Algo de todo esto trasciende en la canción Pongamos que hablo de Madrid de Joaquín Sabina o en las películas El día de la Bestia (1995) y en clave de humor, Torrente (1998), donde el concepto de caspa —vocablo muy madrileño que designa algo en decadencia y rancio, ya sea mentalidad, moda o ambiente— cobra pleno significado. La historia entera se refleja en un minuto en ¡Mírala!, La Puerta de Alcalá cantada por Víctor Manuel y Ana Belén.

Museos

Madrid cuenta con importantes pinacotecas, las cuales constituyen una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. El llamado Triángulo del Arte concentra próximos uno de otro, tres centros de referencia: el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza, y el Museo Reina Sofía:

  • El Museo del Prado es una de las más importantes pinacotecas del mundo; se dice que no es la más completa, pero sí la más rica por la acumulación de obras maestras. Su colección se centra en pintura anterior al siglo XX, especialmente italiana, española y flamenca. Algunas de las obras más representativas que contiene son Las Meninas, La fragua de Vulcano o El triunfo de Baco, de Velázquez; La maja desnuda, La vendimia o La carga de los mamelucos, de Goya; Las tres Gracias de Rubens; el Autorretrato de Durero; el Caballero de la mano en el pecho de El Greco; el Descendimiento de Roger van der Weyden; El Jardín de las Delicias de El Bosco; Carlos V en Mühlberg, de Tiziano… además de una notabilísima colección de escultura con obras clásicas grecorromanas, renacentistas y de otros periodos.
  • El Museo Thyssen-Bornemisza representa una de las mayores colecciones privadas de arte del mundo. Tiene organizadas sus colecciones de forma cronológica, de forma que comienza en el Renacimiento y concluye en el siglo XX. En la segunda planta se hace un recorrido por el ciclo del Renacimiento y del Clasicismo, el Quattrocento italiano, ejemplos de maestros italianos, alemanes y holandeses del siglo XVI como Jan Van Eyck, Alberto Durero y Hans Holbein; y finalmente una galería dedicada a Tiziano, Tintoretto, Bassano, El Greco, Bernini y Caravaggio, entre otros. En la primera planta se muestra la colección de pintura holandesa, desde Frans Hals a Max Beckmann; con muestras de Realismo, Rococó, Neoclasicismo, Romanticismo y movimientos impresionistas. La planta baja reúne obras del siglo XX, desde el cubismo y las primeras vanguardias, hasta el Pop Art. Destacan algunas obras maestras contemporáneas de Picasso, Piet Mondrian, Marc Chagall o Edward Hopper.
  • El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es el museo nacional español de arte del siglo XX. Cuenta con colecciones de Pablo Picasso y Salvador Dalí. La obra más conocida del museo es el Guernica. También posee obras de Juan Gris, Joan Miró, Julio González, Eduardo Chillida, Pablo Palazuelo, Antoni Tàpies, Pablo Gargallo, Lucio Muñoz, Luis Gordillo, Jorge Oteiza, Ouka Lele y José Luis Gutiérrez Solana, entre otros. Alberga además una biblioteca de acceso libre especializada en arte, cuyos fondos ascienden a más de 100.000 libros, 3.500 grabaciones sonoras y cerca de 1.000 vídeos.

Otros centros relevantes son:

  • El Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: en su colección permanente contiene una gran colección de obras, especialmente del arte español, italiano y flamenco de los siglos XVIII y XIX. Algunos autores representados son Goya, quien además fue miembro de la academia, Murillo, José de Madrazo, Federico de Madrazo, Giovanni Bellini, Arcimboldo, Correggio, Leandro Bassano, Zurbarán o Vicente López.
  • El Museo Arqueológico Nacional contiene muestras de arte desde la prehistoria hasta el siglo XIX, especialmente de la península Ibérica, distribuidas en 3 plantas. Algunas de sus obras más representativas son la Dama de Elche, la Dama de Baza, la Dama de Ibiza, el Tesoro de Guarrazar, el ábaco neperiano, el Monumento funerario de Pozo Moro, una muestra de Mosaicos romanos, el Sepulcro de Doña Constanza de Castilla. Además, el museo cuenta con una reproducción del techo de los policromos de la cueva de Altamira en el jardín exterior.
  • El Monasterio de las Descalzas Reales: el monasterio cuenta con un museo con una importante colección de pinturas, esculturas, tapices y herrería donados a la orden durante el reinado de Carlos I y Felipe II. Contiene obras de Tiziano, Rubens y Zurbarán. Contiene además el sepulcro de la emperatriz María de Austria, obra de Crescenci, y esculturas de Juan de Mena.
  • El Museo de América: especialmente dedicado al arte del continente americano, especialmente centrado en la América precolombina, la etnografía y el arte colonial.
  • El Museo Nacional de Antropología: dedicado a ofrecer una visión global de las distintas culturas existentes en el planeta: con objetos y restos humanos procedentes de todo el mundo. Destacan los de la propia España, como la momia guanche de Tenerife, y los procedentes de Filipinas e Iberoamérica, como las cabezas humanas reducidas de Ecuador.
  • El Museo Sorolla: contiene la gran mayoría de las obras del artista, siendo la mayor colección que se conserva de su pintura y dibujo. Además ha desarrollado las colecciones de escultura, cerámica, joyería y fotografía, que poseía el autor, así como el archivo de la correspondencia del pintor.
  • El Museo Lázaro Galdiano: fundación privada que cuenta con todo tipo de objetos e instrumentos de artesanía y orfebrería histórica así como colecciones de pintura, escultura y dibujo, con obras de autores como Velázquez o Murillo.
  • El Museo Nacional de Ciencias Naturales: con más de 6 millones de especímenes, ofrece exposiciones dedicadas a la divulgación de las Ciencias Naturales: Biología (evolución, ecología), Geología (rocas, minerales) y Paleontología (fósiles). Destacan ejemplares históricos, como el megaterio (llegado a Madrid desde la Argentina en 1789), el diplodoco (una réplica de dinosaurio regalada por el millonario estadounidense Carnegie al rey Alfonso XIII) o los magníficos dioramas de aves y mamíferos preparados por los hermanos Benedito, taxidermistas del Museo durante las primeras décadas del siglo XX.

Parques y jardines

Madrid es una de las ciudades europeas con mayor proporción de zonas verdes por habitante, concretamente 70 m² frente a los 20 m² de media en Europa. Además, con cerca de 300.000 árboles, es la segunda ciudad del mundo en número de estos en las calles y paseos, sólo superada por Tokio. Dos de los tres parques regionales existentes en la Comunidad de Madrid protegen porciones del municipio de Madrid. Más de la cuarta parte de su término se encuentra protegido a través del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, donde se incluyen el Monte de El Pardo y el Soto de Viñuelas, espacios naturales situados al noroeste y norte del casco urbano, respectivamente. Al sur del mismo, quedan protegidas 783 ha dentro del Parque Regional del Sureste.

  • El Parque del Retiro: situados en pleno centro de la ciudad, y con 118 hectáreas, los Jardines del Retiro son uno de los lugares más significativos de Madrid. Cuentan en su interior con numerosos monumentos y lugares de interés, como son el Palacio de Cristal, la Puerta de España, desde la calle Alfonso XII, La rosaleda, el estanque y gran cantidad de fuentes.
  • La Casa de Campo: ubicada en el distrito de Moncloa-Aravaca y con una extensión de 1.722,60 ha, la Casa de Campo es el verdadero pulmón de Madrid. Tal es su tamaño que en su interior se encuentran situados el Parque de Atracciones de Madrid, el Parque zoológico de Madrid, o el Teleférico que conecta con el Parque del Oeste. Históricamente perteneciente a la Casa Real, la proclamación de la Segunda República significó su entrega al pueblo de Madrid en 1931, abriéndose por primera vez este parque forestal al disfrute de los madrileños.
  • El Parque del Oeste: está situado entre la carretera de La Coruña, la Ciudad Universitaria y la zona de Moncloa. Tiene una superficie de 98,60 ha y contiene especies como cedros del Líbano, chopos, tilos y hayas. Además, cada año, se celebra en el parque el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de la Villa de Madrid.
  • El Parque del Capricho: se encuentra en la Alameda de Osuna, al noreste de la ciudad, y cuenta con una superficie de 14 ha. Está considerado uno de los parques más bellos de la ciudad. De sus rincones destacan la plaza del Capricho, el Palacio, el estanque, la plaza de los Emperadores, o la fuente de los Delfines y de las Ranas.
  • El Real Jardín Botánico: está situado junto a la pinacoteca del Museo del Prado. Tiene cuatro terrazas escalonadas, la terraza de los Cuadros, la de las Escuelas Botánicas, la del Plano de la Flor y la de los Laureles, que contienen plantas de América y del Pacífico, además de plantas europeas.
  • Parque Juan Carlos I: con 220 ha, el Parque Juan Carlos I es uno de los mayores de la ciudad. Alberga el recinto ferial IFEMA, donde se celebran algunas de las exposiciones anuales más importantes de Europa tales como el SIMO. Además, destaca el llamado Jardín de las Tres Culturas, que contiene tres zonas ajardinadas que representan a las culturas cristiana, judía y musulmana.
  • La Dehesa de la Villa: situada al noroeste de la ciudad de Madrid, su principal característica es que mantiene su condición de bosque, estando en su mayor parte sin ajardinar. El árbol más común de la dehesa es el pino, de los que hay seis especies, principalmente piñoneros y carrascos. Entre éstos se encuentran otras muchas especies como encinas, acacias o cipreses. Las aves más comunes son, como en el resto de la ciudad, palomas, gorriones y urracas. Otras especies que se ven habitualmente son la abubilla, el pico picapinos o el petirrojo.
  • El Parque de Enrique Tierno Galván: ubicado en el distrito de Arganzuela, posee una superficie de 45 ha y se encuentra situado el sur de la antigua estación de ferrocarril de Delicias, ahora Museo del Ferrocarril y que posee una bella estampa de la época. La zona en la que se encuentra enclavado el parque es conocida como el «Cerro de la Plata».

Vida nocturna

Madrid es particularmente conocida por su vida nocturna y sus discotecas.En el distrito centro, son varias las zonas tradicionalmente orientadas a la concentración de locales de diversión, principalmente el entorno de la plaza de Santa Ana, en el llamado «Barrio de las Letras», y los barrios de Malasaña, alrededor de la plaza Dos de Mayo, La Latina, Lavapiés, y Chueca, próximo a la calle Gran Vía, caracterizado por la numerosa oferta orientada al público gay y que en 2007 fue sede de festival Europride 2007 que vino a reconocer internacionalmente el éxito en años anteriores de las celebraciones multitudinarias del día del orgullo gay.

Gastronomía

La gastronomía tradicional de Madrid se engloba dentro de la cocina española en general y en particular, de la gastronomía castellana de la cual conserva en algunos platos y preparados las características culinarias heredadas de los tiempos de la instalación de la corte de Felipe II: el cocido madrileño, los callos a la madrileña, la sopa de ajo, la casquería en general y postres como las rosquillas tontas y listas, los huesos de santo o las torrijas madrileñas.

Con frecuencia, el aroma típico de la cocina madrileña se impregna de las propiedades fritura en aceite vegetal como se comprueba en los preparados populares de bares, restaurantes y otros establecimientos en la ciudad: los churros, la tortilla de patatas, los bocadillos de calamares servidos en los bares de la Plaza Mayor, las patatas bravas, los chopitos o las gallinejas.

Tras la caída del Franquismo y el cambio de los hábitos de consumo han proliferado los establecimientos multinacionales de comida rápida así como de cómida «étnica», como es el caso de los conocidos Kebab.

El auge de la inmigración a comienzos del siglo XXI, ha contribuido a la introducción de las gastronomías representativas de los distintos grupos culturales que se han asentado en la ciudad. Así se han desarrollado algunas como la gastronomía china, ecuatoriana y rumana.

Fiestas locales de Madrid

  • 15 de mayo, fiestas de San Isidro Labrador, santo patrón de Madrid.
  • 13 de junio, San Antonio de la Florida.
  • 16 de julio , fiestas de Nuestra Señora del Carmen, patrona de los distritos de Puente de Vallecas y Chamberí
  • 15 de agosto, fiestas de la Virgen de la Paloma, patrona popular de Madrid y patrona de los distritos Centro y Arganzuela.
  • 7 de agosto, San Cayetano, patrón del barrio de Cascorro.
  • 10 de agosto, San Lorenzo, patrón del barrio de Lavapiés.
  • 12 de octubre, Virgen del Pilar, patrona del barrio de Salamanca.
  • 9 de noviembre, fiestas de Virgen de la Almudena, patrona de Madrid.

Transportes

Autovías

Las principales autovías de Madrid tienen un recorrido radial. Las más importantes son las conocidas nacionales:

Identificador Itinerario
A-1 Madrid – Aranda de Duero – Burgos – Miranda de Ebro – Vitoria – San Sebastián
A-2 Madrid – Guadalajara – Zaragoza – Lérida – Barcelona
A-3 Madrid – Valencia
A-4 Madrid – Córdoba – Sevilla – Jerez – Cádiz
A-5 Madrid – Talavera de la Reina – Navalmoral de la Mata – Mérida – Badajoz – frontera portuguesa
A-6 Madrid – Segovia – Ávila – Valladolid – Lugo – La Coruña

Estas autovías son herederas de las anteriores radiales (numeradas con números romanos: N-I, N-II, etc.). Algunos tramos de estas autovías son de peaje denominándose entonces AP-X. En estos tramos suele perdurar la correspondiente carretera radial sin peaje.

Otras autovías que tienen su origen en Madrid y de gran importancia por la densidad de su trafico son la A-42 que une Madrid con Toledo y la M-607, una autovía autonómica que une Madrid con el puerto de Navacerrada, dando servicio a las localidades de Colmenar Viejo y Tres Cantos.

Madrid tiene además una serie de carreteras circunvalatorias a su alrededor, estás son la M-30, que delimita la almendra central de la ciudad, la M-40 en los barrios residenciales de la ciudad, la M-45, bordeando el municipio por el sureste, y la M-50, que no cierra su recorrido por el norte a la altura de El Pardo. Estas autovías sirven para evitar que para que dirigirse de un punto a otro de la periferia haya que atravesar la ciudad.

Metro

Actualmente el Metro de Madrid es la segunda red de metro más extensa de Europa Occidental después de la de Londres.

La Red de Metro de Madrid tiene una longitud de 281,780 km y comprende trece líneas. De ellas, discurren íntegramente por el municipio de Madrid nueve y el ramal, tres tienen parte de su trazado fuera del municipio y una discurre íntegramente por otros municipios. Existen 238 estaciones-línea (190 per se), de las que 151 son sencillas (sin correspondencias), 26 dobles, 10 triples y 1 cuádruple (Avenida de América). 46 de ellas se encuentran fuera del municipio de Madrid. A las líneas convencionales se suman tres líneas más de metro ligero, transcurriendo dos de ellas, en su práctica totalidad, fuera de Madrid. Además hay correspondencia con 19 estaciones de la red de Cercanías de Renfe.

Ferrocarril

La compañía pública de ferrocarriles (Renfe) opera en casi todas las líneas de tren españolas. Las estaciones de ferrocarril más importantes de Madrid son las de Atocha (oficialmente Puerta de Atocha), Chamartín y, para el transporte de mercancías, la estación de clasificación de Vicálvaro, al este de la ciudad.

De las estaciones de Atocha y Chamartín parten además líneas de tren hacia todas las capitales de provincia españolas. Las redes de tren, cercanías y metro están ampliamente interconectadas con intercambiadores como los de Atocha, Chamartín, Príncipe Pío o Nuevos Ministerios.

Existe además una red de trenes de alta velocidad, actualmente en crecimiento, que parten de Madrid. Las líneas que operan actualmente son:

  • Madrid – Ciudad Real – Puertollano – Córdoba. Ramales a Sevilla y Málaga
  • Madrid – Guadalajara – Calatayud – Zaragoza – Lérida – Tarragona – Barcelona
  • Madrid – Toledo
  • Madrid – Segovia – Valladolid

Y las siguientes líneas están en ejecución:

  • Madrid – Cuenca – Valencia
  • Madrid – Cáceres – Mérida (España) – Badajoz – Lisboa
  • Madrid – Segovia – Valladolid – León – Oviedo – Gijón
  • La ampliación desde Barcelona hasta frontera francesa para conectarla con la red francesa de alta velocidad. Madrid estará conectada con la frontera francesa únicamente desde Barcelona, con la línea Barcelona–Gerona–Montpelier–París.

Autobuses

Existe una red de autobuses urbanos gestionada, como el resto de la red de transporte público, por el Consorcio de Transportes de Madrid y por la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, que cuenta con más de 2.000 vehículos y 194 líneas. Muchos habitantes de los barrios periféricos de la capital, la misma autonomía y provincias limítrofes utilizan los servicios del ferrocarril de cercanías y autobuses interurbanos para llegar a la capital y luego utilizar el metro. Por eso también la red de autobuses está ampliamente interconectada con los ferrocarriles. Los principales intercambiadores son los de Avenida de América y Méndez Álvaro, aunque hay otros menores como los de Moncloa, Príncipe Pío y Plaza Elíptica.

Transporte aéreo

El principal aeropuerto de Madrid es el de Madrid-Barajas (IATA: MAD, OACI: LEMD), situado en el nordeste de la ciudad, a 12 kilómetros del centro. Inició su servicio en 1928, aunque se inauguró oficialmente en 1931 y actualmente está gestionado por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea AENA. Es además el principal aeropuerto de España por tráfico de pasajeros.

En 2005 el aeropuerto movió 45,5 millones de pasajeros, con un crecimiento respecto al anterior del 8%. Ocupó el puesto número 13 a nivel mundial y quinto europeo por número de pasajeros transportados. En 2007, el tráfico de pasajeros ha ascendido a 52.122.702, convirtiendo a Barajas en el décimo del mundo por volumen de pasajeros y el cuarto de Europa, superando al de Amsterdam-Schiphol que hasta ahora ostentaba ese puesto dentro de los aeropuertos europeos.

El aeropuerto está comunicado con la ciudad a través de la línea 8 de Metro y de numerosos autobuses.

La ciudad cuenta además con un aeropuerto de segunda categoría, el de Cuatro Vientos, destinado al uso militar y escuela de vuelo. Este último fue el primero en construirse de España.

Deportes

El deporte estrella en Madrid, así como en el resto de España, es el fútbol representado por los clubes del Real Madrid, el Atlético de Madrid que en la temporada 2008-2009 juegan en la Primera División de la liga española de fútbol, y del Rayo Vallecano, en Segunda División. En Segunda División B juegan los filiales del Real Madrid y Atlético de Madrid, denominados Real Madrid Castilla y Atlético de Madrid B respectivamente.

También es popular el baloncesto. Los dos equipos más representativos de la ciudad, ambos en la liga ACB, son el Real Madrid y el Estudiantes.

A imagen del Tour de Francia, la Vuelta Ciclista a España tradicionalmente finaliza en Madrid.

En atletismo, las competiciones más importante son la denominada San Silvestre Vallecana, multitudinaria carrera de fondo que se celebra cada 31 de diciembre, y el Maratón Popular de Madrid (MAPOMA) que se celebra anualmente en primavera.

Candidatura olímpica

La historia de la candidatura madrileña a organizar unos Juegos Olímpicos remonta al 29 de diciembre de 1965 cuando fue presentada ante el Comité Olímpico Internacional una candidatura conjunta con Barcelona para albergar la vigésima edición de los Juegos de 1972. La candidatura española quedó no obstante descartada en la sesión del COI celebrada en Roma el 26 de abril de 1966 tras la elección de Múnich.

Madrid fue candidata a celebrar los Juegos Olímpicos de la XXX Olimpiada de la Era Moderna en el año 2012. Esta candidatura fue promovida durante el mandato del alcalde José María Álvarez del Manzano y continuada por su sucesor, Alberto Ruiz-Gallardón. El logotipo de la candidatura fue diseñado por Javier Mariscal.

El COI seleccionó el 18 de mayo de 2004 en la ciudad suiza de Lausana las cinco ciudades candidatas oficiales para la organización de los Juegos Olímpicos del año 2012; Madrid, París, Londres, Nueva York y Moscú. El 6 de julio de 2005, el COI dio a conocer el resultado de la elección de la ciudad que organizará los Juegos Olímpicos de 2012, la elegida fue Londres, quedando la ciudad de Madrid en tercer puesto; más tarde un miembro del COI declaró a la prensa que se equivocó al marcar su voto, de modo que Madrid quedó eliminada en la penúltima votación.

Durante el proceso de selección para los Juegos Olímpicos de 2012, existió un movimiento social minoritario de oposición a la candidatura, a la que acusaban de favorecer la especulación inmobiliaria y de aumentar el ya elevado endeudamiento de la ciudad.

Plaza de Toros Monumental de las Ventas, de estilo neomudéjar, construida (a iniciativa de Joselito) entre 1922 y 1929 por los arquitectos José Espeliú y Manuel Muñoz Monasterio, e inaugurada en 1931. Es la última de una serie de plazas que desde el siglo XVIII fueron «desplazándose», alejándose cada vez más del centro de Madrid por la calle de Alcalá. Los primeros festejos se celebraban en la Plaza Mayor, al igual que los Autos de Fe de la Inquisición, ceremonias religiosas solemnes, coronaciones u otros actos. La primera construida ex profeso, de 1749, estaba junto a la Puerta de Alcalá y el edificio del Pósito. La segunda, a la altura del cruce con la calle Goya, junto a la actual Plaza y monumento de Dalí, en el espacio que ahora ocupa el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid.

El Comité Olímpico Español renovó el 30 de mayo de 2007 la candidatura olímpica de la ciudad para los Juegos Olímpicos de 2016. El 4 de junio de 2008 Madrid fue preseleccionada como una de las candidatas a la organización de los Juegos Olímpicos de 2016, junto con Chicago, Tokio y Río de Janeiro. El proyecto que presentó se basó en el de la previa candidatura con mejorías, lo cual le permitió ser la segunda ciudad con la mejor valoración, ligeramente por detrás de Tokio.

La lidia

Madrid alberga la mayor plaza de toros de España y tercera en tamaño del mundo: Las Ventas, cuya temporada taurina es considerada como referente para los toreros (su alternativa no se considera confirmada hasta que no se torea en ella). Es de estilo neomudéjar y fue inaugurada en 1931. En la actualidad, tiene capacidad para casi 25.000 personas y suele dar cabida a actuaciones musicales y otros espectáculos fuera de la temporada taurina.

Existe una plaza de menor tamaño (apta para 14.000 espectadores, actualmente cubierta y climatizada), la Plaza, Palacio o Centro Integrado de Vistalegre (no confundir con la homónima de Bilbao), inaugurada en el año 2000 por Curro Romero en el barrio de Carabanchel-Vista Alegre. Tuvo un precedente en la zona, la plaza llamada La Chata, construida en 1908 y demolida en 1995, durante mucho tiempo propiedad de Luis Miguel Dominguín, que desde 1996 está en proyecto de reconstrucción con un diseño futurista (se cubrirá con una media naranja giratoria).

En la Casa de Campo se encuentra la Venta del Batán, donde tradicionalmente se exponen los toros que se lidian en la Feria de San Isidro, y que acoge la Escuela de Tauromaquia.

Anualmente, además de las de la Feria (que se celebra en torno al 15 Mayo, festividad del santo patrón de Madrid), son especialmente significativas la Corrida de la Beneficencia y la Corrida de la Prensa.

El ambiente taurino de Madrid se proyecta fuera de la plaza, especialmente en bares de ambiente taurino, como la Taberna de Antonio Sánchez (torero que la abrió en 1830) en la calle Mesón de Paredes, o muchas otras en los aledaños de la Puerta del Sol.

Ciudades hermanadas y acuerdos de amistad

La ciudad de Madrid participa activamente en la iniciativa de hermanamiento de ciudades promovida, entre otras instituciones, por la Unión Europea, si bien Madrid también ha establecido gran cantidad de lazos con ciudades de África, Asia y América.

Generales

Véase también

Enlaces externos